Las obleas son un dulce tradicional en México, reconocido desde hace siglos y preparado en la mayor parte del territorio. En cada estado se le da un toque especial de acuerdo a sus tradiciones, ya sea en textura, sabor e ingredientes.
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En Sonora el postre es elaborado con dos hojas de harina de trigo, entre éstas lleva el reconocido dulce de piloncillo y trozos de cacahuate, se distribuye en la Ruta del Río Sonora: Ures, San pedro de la Cueva y en Hermosillo, en Villa de Seris.
Desde hace más de 20 años, Manuel Castillo comenzó a distribuir productos regionales en Hermosillo. Diariamente salía a las calles a vender obleas y coricos por las calles de la Ciudad del Sol.
Ante la contingencia sanitaria por Covid-19, dejó de trabajar para cuidar de su salud; sin embargo, la situación lo afectó económicamente, ya que no cuenta con otro ingreso para su hogar.
Tiene 75 años de edad, sus ganas de salir adelante y cuidar de su familia lo motivaron a continuar con su trabajo desde su hogar.
Hace dos semanas colocó una mesa blanca fuera de su casa, donde exhibió su producto, también una silla, una caja donde reúne el dinero y un vaso de agua para mitigar el calor durante las horas de trabajo.
“Soy originario de San Pedro de la Cueva, me traen el producto de allá, un amigo los hace, también vendemos hielitos, ahí va poco a poco”, manifestó.
A través de redes sociales, su nieta Beatriz Castillo realizó una publicación para apoyar a su abuelo, y a los días comenzó a recibir más clientes, lo que causó mucha felicidad a Manuel.
“Yo salía al tianguis y a los bulevares a vender y todo eso, pero ahora que lo cerraron ya no puedo vender y no me puedo exponer a salir a la calle porque soy un adulto mayor, aunque vendo aquí en la casa y siempre uso el cubrebocas y siempre me lavo las manos”, explicó.
Todos los días sale de su casa a las 17:00 horas y permanece ahí hasta que se esconde el sol 19:30 horas, el costo de las obleas es de 50 y los coricos de 25 pesos. En un día de trabajo sin Covid-19, vende alrededor de seis bolsas de obleas y 10 de coricos, con lo que obtiene alrededor de 700 pesos, hoy en día gana entre 300 a 400 pesos diarios.
“Apenas se está empezando a vender, tengo días que he empezado a vender un poco más, gracias a Dios, yo vivo con mi esposa y mis hijos y me dan la mano, con lo poco que pueden me ayudan”, mencionó.
Don Manuel considera que es muy triste la situación por la que está pasando el mundo, sin embargo, no pierde la esperanza para seguir trabajando y ayudando a su familia y su esposa.
“Mi consejo para todos es que necesitan quedarse en casa y hacer caso porque esta dura la enfermedad que anda, que se cuiden y lo menos que salgan mejor”, finalizó.
Para comprar alguno de sus productos se puede dirigir a la dirección Gildardo Magaña #136 entre Labradores y Bulevar Libertad en la colonia Villa Hermosa, ubicada al sur de la ciudad.