Lengua seri: un léxico exuberante

Como cualquier pueblo étnico, los comcaac han desarrollado, a lo largo de siglos o milenios, las palabras necesarias para comunicarse entre ellos

Stephen A. Marlett* y Alejandra Meza | Colaboradores

  · jueves 25 de julio de 2019

Ilustración: Ishus

Como cualquier pueblo étnico, los comcaac han desarrollado, a lo largo de siglos o milenios, las palabras necesarias para comunicarse entre ellos, para describir su entorno y expresar sus sueños. Este tercer ensayo de la serie con motivo del Año Internacional de las Lenguas Indígenas se ocupa, precisamente, de brindar algunos ejemplos de la riqueza del vocabulario seri.

Gran parte del léxico seri, documentado en el diccionario publicado en 2010 (segunda edición), se compone de palabras y expresiones autóctonas. Es decir, parece ser resultado de una lenta evolución de la lengua, sin evidencia clara de contactos históricos con pueblos vecinos. Hoy día, palabras como haaonam ‘sombrero’ y eenim ‘metal, cuchillo’, permiten percibir rastros de contactos con usuarios de lenguas yutonahuas con quienes los seris trataban en el pasado.

Tal como ocurre en otras lenguas, una palabra en cmiique iitom puede tener más de un solo significado. La palabra zaah ‘sol’ también significa ‘día’; iizax significa ‘luna’ y ‘mes’; hant significa ‘tierra’ pero también ‘año’ y ‘abajo’. El verbo quiho ‘ver’ puede tener el significado de ‘encontrar’.

Dentro del diccionario seri hay expresiones compuestas por dos palabras o más. Por ejemplo, la palabra xnoois se refiere a la semilla comestible de la planta Zostera marina, que crece en el Canal del Infiernillo. Pero la expresión hant xnoois, formada de esa palabra con hant ‘tierra’, significa ‘basura’.

Hasta las pequeñas palabras traducidas ‘el’ y ‘la’ son interesantes en seri. Su origen histórico es en formas derivadas de los verbos de posición y movimiento; aunque parece muy natural este proceso de cambio, no se ha presentado caso similar en otra lengua del mundo. El resultado en seri es que se comunica información de la posición del referente por medio del artículo, por ejemplo, haxz cap (‘el perro’, si está parado), haxz com (‘el perro’, si está acostado), haxz quij (‘el perro’, si está sentado). Y luego se han combinado estas palabras con elementos locativos para expresar la ubicación, por ejemplo, haxz hipcap (‘este perro’, parado), haxz ticap (‘ese perro’, parado), haxz himquij (‘aquel perro’, sentado), haxz hipquij (‘este perro’, sentado), haxz timoca (‘ese perro’, acercándose), haxz tintica (‘ese perro’, alejándose) y muchas otras combinaciones.

Se ha documentado que, en el transcurso de siglos anteriores, hubo cambios léxicos derivados de la costumbre de la comunidad de dejar de usar palabras asociadas a personas fallecidas, especialmente si son jóvenes. Por ejemplo, había un niño al que se le apodaba copas (‘madreperla panámica’) por la similitud entre sus encías y la parte del molusco que cubre la perla. Falleció el niño y, desde ese entonces, la palabra copas cayó en desuso y se tuvo que inventar una expresión nueva. El nombre moderno para este molusco es ziix iiquet inaail, literalmente ‘concha del hijo/a de la cosa’ (para evitar decir ‘concha de la perla’).

CREAR PARA NOMBRAR
La creatividad en la invención de expresiones nuevas ha permitido que los comcaac tengan maneras autóctonas para hablar de los deportes, las piezas del automóvil, las herramientas y otros objetos relativamente nuevos en su cultura, sin recurrir al español. Algunas de las comidas introducidas tienen nombres que surgieron a partir de descripciones. Por ejemplo, para decir ‘tortillas’ se usa la expresión xiica cxatlc, que literalmente significacosas planas”. Por su parte, ‘arroz’ se dice xiica coosotoj, que literalmente sería “cosas angostas”.

Durante años se desconoció el origen del nombre sahmees para ‘naranja’, un alimento que no era tan accesible a los seris en el pasado. Cathy Moser Marlett, en su trabajo sobre los moluscos, propuso la hipótesis de que proviene de una reducción de la frase descriptiva xepenozaah cmis ‘el que se parece al xepenozaah’. El xepenozaah es un molusco sin concha que vive en el mar, redondeado, del tamaño de una pequeña naranja y de color anaranjado fuerte. Ese nombre es, además, una reducción de la frase xepe ano zaah (mar en sol) “sol en el mar”, usando el orden de palabras según la gramática seri.

Los comcaac hablan de varias criaturas fantásticas que viven en la zona, entre ellas xepenocaay, que proviene de “caballo en el mar”, la última parte (caay) siendo un antiguo préstamo del español. Se trata de un animal grande, con cabello largo, protuberancias y otros aspectos curiosos. La palabra aparece en su forma plural (xepenocaaytaj) en el nombre para el islote Roca Vela situado al norte de la isla Ángel de la Guarda: Xepenocaaytaj Oxápajam (que significa, más o menos “lo que los xepenocaaytaj escarbaron”).

PALABRAS QUE CONTIENEN HISTORIAS
A veces, en cmiique iitom hay palabras más grandes que el objeto al que nombran. Por ejemplo, el nombre para designar a la cochinilla gris es moosni ihaait iisax cöcoaanim “el que estaba enojado o inconforme con respecto a la sangre de la caguama”. ¿Y por qué se llama así? Pues, igual que en muchos otros casos, hay una historia. Dos isópodos estaban en la orilla del mar disfrutando la sangre de una caguama muerta que habían encontrado, pero, como no había suficiente para los dos, uno de ellos (la cochinilla) se enojó y se fue para vivir en otro lugar. Actualmente, ese animal ya no habita la playa.

Conocer y entender el origen de las palabras en español, es decir, su etimología, es posible gracias a que existen documentos de su lengua madre, el latín. En el caso del cmiique iitom, estudiar la etimología de las palabras es imposible de esa manera porque no existen documentos de alguna supuesta lengua madre. La tarea es más como una búsqueda de tesoro. Es necesario reflexionarse en las pistas presentadas por la lengua en su actualidad, con la clave de conocimiento de las reglas morfológicas. Por lo tanto, la investigación del léxico seri puede ser una tarea para toda la vida.

*Lingüista. Doctor por la Universidad de California en San Diego. Ha investigado la lengua seri por más de cuarenta años y cuenta con un amplio cuerpo de publicaciones en la materia. Su esposa Cathy, hija de Edward y Mary Moser, pioneros en el estudio de la lengua seri, investiga la historia y etnociencia seris.

En la próxima entrega:

Lengua seri: avances y desafíos de su escritura