A sus más de 50 años, Tamara llevaba una vida modesta, tenía un empleo digno y una familia amorosa, además, a excepción del cigarrillo, despreciaba todo tipo de sustancia que pudiera afectar su día a día y su relación con los demás.
Por ello fue especialmente difícil aceptar que tenía una obsesión con el juego de azar, paulatinamente abandonó su rutina diaria para dedicar gran parte de su tiempo a los tragamonedas y, aunque fue lo suficientemente profesional para seguir trabajando, la relación con sus hijos se deterioró.
“Es lo que la gente no entiende, la ludopatía es igual de peligrosa, desarrollé depresión por la culpa de gastar y mi forma de escapar de mis problemas era acudir a los casinos, era un círculo vicioso”, relató.
Durante el transcurso de esta serie de dificultades, mismo que duró cuatro meses, Tamara bajó seis kilos debido al descuido sobre su propia persona y su consumo de nicotina, debido a las políticas de los casinos de permitir el uso de cigarro, aumentó drásticamente.
Afortunadamente, la mujer obtuvo la ayuda que necesitaba al internarse en la clínica contra las adicciones Jayil, donde gracias a las diversas actividades que emprendió, volvió a ser una persona funcional.
No obstante, el fantasma del juego continúa sobrevolando la vida de Tamara, recordándole que no hay forma de suprimir por completo la urgencia de ir a un casino, por lo que cada día representa una pequeña victoria.
“No es sencillo y nunca termina uno de rehabilitarse al 100%, pues aún cuando la ludopatía es un juego y no una sustancia, pasar por un casino sigue siendo una tentación con la cual luchar”, agregó.
LA TERAPIA
La Clínica Jayil de Hermosillo, ubicada en Mariano Escobedo 127 de la colonia San Benito, ofrece desde hace seis años un programa de rehabilitación de drogas, alcohol, ludopatía y trastornos emocionales con terapia psicológica, consejería, yoga, deportes y meditación.
María Teresa Guerrero Martínez, directora de la clínica, indicó que actualmente son ocho individuos los que son siendo atendidos en las instalaciones, la mayoría de ellos jóvenes, sin embargo la clínica puede recibir personas de hasta 60 años, siempre y cuando puedan valerse por sí mismas.
De acuerdo con la responsable, se dan dos terapias grupales al día por dos horas de lunes a sábado y los sábados, aunado a la terapia grupal, dan un taller para las familias de los pacientes con uno de los psicólogos.
“Es más que nada terapia ocupacional, el proceso es de dos meses, tiempo en el que se les dan pláticas que fomenten valores y ayudan para desintoxicarlos, nos apoyamos con el programa de Alcohólicos Anónimos”, acotó.
Al cumplir el primer mes, siempre y cuando cuente con la aprobación del terapeuta individual en cuestión, los pacientes tienen la visita de la familia más allegada, asimismo hay terapias espirituales que se imparten una vez a la semana.
Si bien la permanencia en Jayil representa un costo monetario para las personas que son atendidas, constantemente los directivos ven la forma de obtener descuentos y ofrecer becas para aminorar el gasto de los afectados.
Guerrero Martínez añadió que si bien reciben muchas llamadas telefónicas por parte de personas interesadas en internarse, la gente continúa siendo indecisa y pospone su tratamiento, sobre todo durante la época de vacaciones, donde aumenta mucho el consumo de drogas, sobre todo de Crystal.
“La familia muchas veces tiene miedo de internar a la persona que está enferma, por temor a represalias, pero nosotros les ayudamos a hacer conciencia de que su condición requiere medicamento y ayuda especializada”, puntualizó.
Las personas que tras leer esta nota consideren necesario salir de su rutina diaria y obtener ayuda profesional para solucionar sus problemas, pueden comunicarse con Clínica Jayil a través del número 6622125017.