De uno a nueve años de prisión podría ser la sentencia para quienes se encuentren responsables por la mutilación de mantarrayas en la playa Huatabampito que se realizó en días anteriores a Semana Santa.
La acción llevada a cabo por el Ayuntamiento de Huatabampo, a través del departamento de Ecología, fue noticia a nivel nacional, luego de que grupos ambientalistas y de protección animal manifestaran su indignación y enojo por el video difundido por un medio local en el que se ve a pescadores arrancándole el aquijón al animal marino para después devolverlo al mar.
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La práctica se realizó con la excusa de proteger de posibles picaduras a los miles de vacacionistas que acudirían a este destino turístico durante el pasado periodo de asueto.
Sin embargo, varias personas denunciaron el acto, señalando que atenta contra la fauna marina y la conservación de esta especie en su hábitat natural, pues las mantarrayas utilizan el aquijón como mecanismo de defensa ante amenazas en su contra, y su regeneración tarda entre cuatro y seis meses.
Después de que la noticia trascendiera, la coordinadora de Ecología, Elizabeth Guerrero Moreno, fue removida de su cargo y se abrió una carpeta de investigación por parte de la Fiscalía General de la República (FGR) para sancionar a los autores intelectuales y materiales de esta acción.
En hechos que podrían estar relacionados, días después a la mutilación de mantarrayas varios ejemplares de esta especie fueron encontrados sin vida en la orilla de la playa de Huatabampo, lo cual también está siendo investigado por las autoridades.
¿Qué dice el Código Penal Federal?
El artículo 420 del Código Penal Federal, en el apartado de Delitos contra el Ambiente y la Gestión Ambiental, capítulo segundo De la Biodiversidad, se advierte que se impondrá una pena de uno a nueve años de preisión a quien "ponga en riesgo la viabilidad biológica de una población o especie silvestres".
Así como a quien dañe algún ejemplar de una especie de flora o fauna silvestres, terrestres o acuáticas en veda, considerada endémica, amenazada, en peligro de extinción, sujeta a protección especial, o regulada por algún tratado internacional del que México sea parte.
Por su parte, las rayas también están protegidas por la Norma Oficial Mexicana NOM-029-PESC-2006, la cual tiene como propósito inducir el aprovechamiento sostenible de los tiburones y rayas, así como contribuir a la conservación y protección de otras especies que son caputradas incidentalmente.
A pesar de ello, esta práctica no es nada nuevo en la región, pues en años anteriores grupos ambientalistas han lanzado convocatorias para que esta actividad ya no se realice.
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Una petición en la página web change.org del 2019 exigía a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) detener estas actividades por parte de las autoridades municipales de Huatabampo, con jornadas de este tipo que afectaban a más de dos mil mantarrayas.
En aquella ocasión, la Profepa atendió el caso pero no se tomó ningún tipo de medida, pues la práctica continuó realizándose año tras año durante esta temporada.
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