Debido a las políticas migratorias entre Estados Unidos y México, se estima que existen hasta 75 mil migrantes en toda frontera del Norte mexicano a la espera de que se resuelva su solicitud de asilo en la Unión Americana, sin embargo, el flujo migratorio no parará pese a las medidas que se tomen al respecto, señaló la doctora Gloria Ciria Valdez Gardea.
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En entrevista con El Sol de Hermosillo, la profesora e investigadora de El Colegio de Sonora afirmó que históricamente los migrantes nacionales e internacionales (principalmente de países centroamericanos) han trascendido los obstáculos de vigilancia interpuestas por autoridades tanto al Norte como al Sur de México, un fenómeno que se observa en otros territorios del mundo donde la situación política, económica y de seguridad ha orillado a miles de personas a desplazarse de su lugar de origen.
“No solamente lo vemos entre Centroamérica y México, lo estamos viendo en España, lo estamos viendo en Venezuela, lo estamos viendo en otras fronteras. Es importante decirlo, lo que ocasiona el aumento de vigilancia en cruces fronterizos es que el migrante busque otras estrategias para cruzar por otras partes, hace que se haga acopio de otras tecnologías, de otros instrumentos materiales y humanos para cruzar”, mencionó.
Esto en la mayoría de las veces agrava la situación de los migrantes al exponerlos a más riesgos y peligros; tal es el caso de la frontera entre Tijuana y San Diego, en Baja California, o Ciudad Juárez y El Paso, en Chihuahua, con la vigilancia extrema de la Patrulla Fronteriza de E.U., lo que también ocasionó que el flujo migratorio se redirigiera a Sonora a mediados los años 90 y propició un aumento del cruce de migrantes que buscaban llegar al país vecino del Norte por el Estado.
Mientras tanto, el cierre de fronteras al Norte y Sur de México junto con el aumento de la vigilancia de la Guardia Nacional desde 2019 a consecuencia de las amenazas del entonces presidente Donald Trump sobre subir aranceles, ha generado un incremento de migrantes nacionales e internacionales que se encuentran a la espera de que se apruebe su solicitud de asilo del lado mexicano de la frontera.
“Con los acuerdos firmados por el canciller Marcelo Ebrard y el Gobierno estadounidense en marzo del 2020, se estableció que los migrantes que estaban solicitando asilo para estar en Estados Unidos lo esperaran en México, nunca antes en la historia se había visto eso, porque la Ley Internacional de Asilo refiere que los solicitantes deben esperarlo en el país que solicita, en este caso E.U.
“Sin embargo, ante las amenazas de Trump, se acordó que los migrantes, especialmente centroamericanos, aunque también hay de Guerrero, Michoacán y Veracruz, esperarán la resolución del trámite en la frontera mexicana, así es como tenemos entre 65 y 75 mil migrantes en toda la frontera pernoctando ahí mientras se resuelve su solicitud”, detalló la académica.
De tal forma, con el triunfo de Joe Biden en las elecciones estadounidenses del 2020, se esperaba un cambio de esta situación, no obstante, a la fecha solamente se han resuelto de 25 a 30 solicitudes de asilo por parte de migrantes de las decenas de miles que continúan pendientes a lo largo de toda frontera entre México y Estados Unidos, mencionó Valdez Gardea.
Por otro lado, la pandemia por Covid-19 ha ralentizado el flujo migratorio, pero no lo ha detenido, lo cual ha generado que muchos migrantes en territorio mexicano tengan que pernoctar en las calles o en albergues, mismos que han ido limitando su cupo debido al riesgo de contagio, variando de acuerdo al semáforo epidemiológico del nuevo coronavirus.
¿Qué pasa con los migrantes mientras esperan?
A pesar de los esfuerzos de asociaciones civiles y académicos, la profesora-investigadora comentó que no existe un diagnóstico preciso sobre la migración en Sonora para contar con información, especialmente de los migrantes menores de edad que esperan asilo con sus padres, pues se desconoce si están recibiendo educación, atención médica, entre otros servicios básicos.
“Necesitamos organizar y estructurar los movimientos migratorios que se dan en nuestro país y también en Sonora, porque en los debates se vio. En el discurso y en la narrativa de las autoridades se ve. Se confunde, se mezcla y se habla como si fuera lo mismo un migrante trabajador agrícola, un migrante en tránsito, un migrante que retorna, el que solicita refugio, el que fue repatriado, el que está en espera de asilo en la frontera; se habla indistintamente y no son lo mismo”, aseguró.
Mientras no se tenga un diagnóstico sobre las vicisitudes, características y consecuencias de esa movilización, es imposible generar políticas públicas para atender la problemática, reiteró Valdez Gardea, pues en Sonora existen migrantes centroamericanos solicitando refugio en la entidad, sin embargo, se desconoce dónde están, cuántos son y cuál es su identidad, debido al hermetismo del Instituto Nacional de Migración (INM) y los trámites burocráticos al respecto.
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Por ello, el llamado es a quien sea que resulte ganador de la contienda electoral del próximo 6 de junio y gobierne el Estado, pues se requiere del diagnóstico sobre la migración en Sonora para solventar el problema en la región con políticas públicas de largo alcance y que mejoren la situación de un fenómeno tan amplio y desatendido como es la migración.