La estrategia de Seguridad Pública seguirá implicando la participación de elementos de las Fuerzas Armadas de México en tareas civiles, y Sonora es clave dentro de este modelo, indicó Francisco Piña Osuna.
El profesor investigador del Departamento de Sociología y Administración Pública de la Universidad de Sonora mencionó que el modelo de aplicación militar en labores de Seguridad Pública es uno de los más cuestionados, pero al mismo tiempo, es la única opción que hay, pues no se han propuesto formas diferentes de abordar el problema.
“No hay otra opción. Ni la Federación, ni los estados, ni mucho menos los municipios que están muy desamparados en materia de Seguridad Pública, presupuestaria y operativamente; no tenemos otra opción, la opción es esa, y veremos en los próximos seis años”, dijo en entrevista.
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Cabe mencionar que recientemente el General de Brigada de Estado Mayor, Vicente Javier Mandujano Acevedo tomó protesta como comandante de la Cuarta Zona Militar, cargo que le fue asignado desde el pasado 1 de junio, cuyo trabajo al frente de esta área será importante para la estrategia de seguridad.
El especialista resaltó que no existen muchos elementos para un gran cambio en la estrategia, pues el marco normativo no aspira en el corto y mediano plazo cambiarlo, pues se piensa que la Guardia Nacional pasará a manos de la fuerza civil a más tardar el año 2027.
“Se ha dicho que hay que atacar las causas, ese discurso está muy interiorizado por toda la población, los politizados y los que no; atender las causas con programas sociales, fortalecimiento de instituciones que apoyen diferentes rezagos como empleos, salud, educación y modelo de familia, así como el tema de la economía; aunque con traspiés ha habido mejoras, muchas no se aplicaron y otras sí… las causas de la violencia, de una u otra forma han buscado ser atacadas”, agregó.
Sin embargo, con la violencia instaurada desde hace varias décadas, no se trata únicamente del rezago social, de las cosas que faltan para recurrir al delito, sino que existen factores que permiten la reproducción de la violencia, no solamente por cuestiones socioeconómicas, sino también culturales.
“Hasta ahorita, creo yo, estas estrategias no han podido llegar a la médula de un cambio o una reeducación cultural, una reeducación entre la población, desde los menores hasta adultos mayores, que nos permite revertir la reproducción de la violencia, y evidentemente, del delito; esperemos que la continuación del proyecto se dirija a esa cuestión de reeducar a la sociedad para revertir la reproducción de la violencia”, puntualizó.
Trabajo de Fuerzas Armadas es sobre focos rojos
Piña Osuna destacó que el trabajo de la Guardia Nacional y la presencia de la milicia es muy necesario, pues por cuestiones geográficas, culturales, sociales, económicas y estratégicas, se trata de un estado clave para la disrupción de la violencia.
“Tenemos poblaciones completas que prácticamente a nivel municipal, las figuras municipales no tienen ningún control sobre la población, sobre el delito, sobre la violencia, y no hablo de pueblos chicos en la sierra, hablamos de centros urbanos, como Cajeme, San Luis Río Colorado, Caborca, son lugares donde los gobiernos tienen muy poco control, estrategias, capital humano y capital monetario, para controlar la violencia, y ahí es inminente y necesaria la presencia de la Guardia Nacional”, señaló.
En ese sentido, no se puede controlar la violencia y la delincuencia organizada sin la presencia del Ejército, por lo que los recursos de equipamiento y personal son administrados en poblaciones donde existen mayores daños por la delincuencia.
El problema viene cuando se utilizan los elementos militares para tareas en las que no tienen personalidad jurídica, toda vez que las actividades de Seguridad Pública son muy diferentes para la Seguridad Nacional.
“La Guardia Nacional fue formada y tiene en su impronta la seguridad del territorio, no la seguridad de las personas, eso es trabajo de las corporaciones de Seguridad Pública, las policías, pero la milicia está formada para la Seguridad Nacional, les toca proteger el territorio nacional y amenazas a la soberanía de ese territorio. Esta disparidad o falta de entendimiento del concepto es lo que nos lleva a problemas”, señaló.
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Por tal motivo, aseguró que la estrategia de uso de personal militar en labores civiles debe tener como siguiente la formación de cuerpos militares en labores de Seguridad Pública, pues para mucho personal operativo de la milicia no le queda claro, por lo que la contrariedad del concepto con Seguridad Nacional seguirá provocando eventos donde los derechos civiles puedan verse trastocados.
“Tienen presupuesto, tienen personal, tienen estado de fuerza, pero la formación, vamos a ver cómo este gobierno puede aportar hacia mejorar o sensibilizar a los cuerpos de las Fuerzas Armadas en tareas de Seguridad Pública, no es lo mismo proteger la soberanía del territorio nacional que proteger los derechos y la seguridad, prevenir la violencia, entre la población civil”, concluyó.
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