Fueron diez días los que el perrito Gil luchó por su vida para tratar de recuperarse de las quemaduras que provocadas por el incendio en la casa de sus dueños el 02 de enero, sin embargo este jueves 12 dio su último respiro.
Fueron días de angustia para la familia Gracia Cruz, quienes hicieron lo humanamente posible, procurando toda la atención que su mascota requirió, pero el perrito no resistió.
Carolina Araiza, titular de la Dirección de Protección y Bienestar Animal del Estado de Sonora, indicó que este es un tema que atañe al ciudadano directamente, para no comprar pirotecnia de manera clandestina, como a los comerciantes de no ponerla al alcance.
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“La venta clandestina obedece a una dinámica de la sociedad de buscar lo que está prohibido, lo que no se debe de usar, así que si se debe hacer mucha conciencia a la gente de los daños potenciales que pueden ocasionar la pirotecnia” indicó Araiza.
Enfatizó en que no solamente son afectaciones a los animales por los ataques de pánico y estrés que les provoca, sino también al medio ambiente y entorno físico de las colonias, como fue el caso de este accidente grave, donde una familia completa perdió todo su patrimonio y además la vida del perrito, como consecuencia.
La funcionaria recalcó que todo el fin de año se mantuvo el llamado a la ciudadanía con campañas de concientización, de evitar el uso de pirotecnia, pues podría traer efectos colaterales: animales nerviosos, ataques epilépticos, sordera, extravíos, atropellamientos de animalitos.
Y en este caso, el incendio en la colonia El Jito, con una sola chispa que quemó todo en casa de la familia Gracia Cruz, dejando atrapado a Gil, asustado debajo del lavadero, hasta que los bomberos lo encontraron.
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A Gil lo despidieron hoy, luego de haber sido cremado, dejó en su familia un lindo recuerdo, acompañado de un trauma por la pérdida de todas sus pertenencias que con tanto esfuerzo habían logrado adquirir; y posiblemente también será una lección para la sociedad, de tomar en serio las recomendaciones de evitar el uso de la pirotecnia, pues no sabe si la próxima víctima será su vecino o algún familiar suyo o usted mismo.
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