La diputada Natalia Rivera Grijalva propuso una iniciativa de ley llamada "Ni una niña más", que consiste en crear un Sistema de alertas y sanciones contra la violencia y venta de niñas por usos y costumbres.
Explicó que la trata de niñas es una práctica común en el poblado Miguel Alemán, en la zona rural de Hermosillo, que tiene una población que en su mayoría ha emigrado del algunos grupos indígenas del sur del país para trabajar en el campo.
“Tenemos que ser más sensibles con esta problemática. Pienso que vivir en (el Poblado Miguel) Alemán y ser niño o niña es un gran problema”, señaló la legisladora de Movimiento Ciudadano para explicar el motivo de su iniciativa.
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Comentó que la Ley incluirá medidas para que, si una niña falta a la escuela por cinco días seguidos o 10 días en un mes, tiene que lanzarse una alerta y las autoridades deben ir en su busca.
“En mi experiencia personal, si los niños faltan tanto a la escuela, es que está pasando algo muy malo con esta niña: o la vendieron, o se la llevaron, o está embarazada o vive situaciones de abuso”, señaló.
El poblado Miguel Alemán es la comisaría más grande de Sonora, cuenta con una jurisdicción territorial de 5,643 kilómetros cuadrados y tiene una población de alrededor de 35 mil habitantes; es más grande que la mayoría de los 72 municipios de la entidad.
De acuerdo al Instituto Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas la explicación del fenómeno migratorio hacia esta localidad está en la importancia agrícola que tiene la costa de Hermosillo desde mediados del siglo XX.
Se calcula que poco más del 50 por ciento de la producción agrícola de Sonora se genera en esta zona y que, alrededor del 54 por ciento de los empleos agrícolas del estado de igual manera se encuentran en esta región.
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Esta es la razón por la que cada año llegan trabajadores provenientes principalmente de comunidades indígenas del estado de Oaxaca, pero también de estados como Chihuahua, Sinaloa y Guerrero, en busca de mejores oportunidades económicas.
Muchos de estos indígenas llegan de manera temporal durante la temporada de pizca y muchos otros con el paso del tiempo se han quedado a vivir de forma permanente adoptando nuevas actividades productivas en comisarías vecinas o en la cabecera municipal y capital del estado, Hermosillo.
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