Letras Migrantes se funda en el año 2011 con el objetivo de promover la convivencia comunitaria a través del fomento a la lectura, la escritura y la oralidad en vinculación con las artes y las expresiones culturales de la región agrícola Hermosillo Costa.
Uno de los objetivos de la sala de lectura es fortalecer las lenguas y culturas indígenas migrantes en Sonora y contribuir en la atención de necesidades educativas y culturales de la población de esta región del país. Está conformada por niñas, niños y adolescentes (NNA) integrantes de familias jornaleras agrícolas indígenas y mestizas que trabajan en los cultivos intensivos de hortalizas, nuez, naranja y uva, principalmente.
Entre las personas participantes de la sala hay hablantes de lengua triqui y mixteca y en diferentes momentos se ha contado con la asistencia de hablantes de náhuatl, rarámuri, zapoteco, tseltal y tsotsil, entre otros idiomas.
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Cómo nació “Sonrisa de monstruo”
Motivada por los testimonios de personas adultas y jóvenes que conocí durante siete años de labor como mediadora de lectura, a finales de 2016 comencé a platicar con el escritor y maestro Antonio Ramos Revillas, sobre la posibilidad de que escribiera un cuento para mis niñas y niños lectores en el cual se abordara el tema de la migración.
Los testimoniantes que menciono tenían en común haber emigrado a causa de la pobreza o la violencia en sus comunidades de origen. Habían dejado casa, familia, mascotas, paisaje, en busca de mejores condiciones de vida, incluso, arriesgando su integridad física viajando en condiciones precarias, en autobuses viejos y trenes cargueros, una pesada travesía, con destino incierto, sin garantía de un trabajo decente y trato digno, al emplearse como jornaleros agrícolas.
Al duelo de haber dejado su terruño, el sentimiento de desarraigo, la nostalgia por el paraíso perdido, así como el proceso de adaptación a un nuevo entorno, costumbres, formas de ser, etcétera, se sumaba la discriminación y marginación social por el solo hecho de ser indígenas y hablar un idioma distinto al castellano.
Estas y otras razones me parecieron más que suficientes para platicar sobre esta realidad con las niñas y niños que acudían a las sesiones de la sala de lectura.
¡Toño en su inmensa generosidad aceptó escribir la historia para mis niños! Escribiría un cuento corto y se agregaría una o dos ilustraciones para colorear. Pensamos en un díptico y al reverso, incluir los nombres y direcciones de las salas de lectura de la localidad. La gestión del diseño e impresión estaría a cargo del Seminario de Investigación Sociedad del Conocimiento y Diversidad Cultural de la UNAM.
Con el Seminario habíamos realizado diversas acciones académicas y de difusión cultural, entre ellas, la presentación de la colección de audio cuentos en lengua triqui Serpiente voz de colores, de Eugenio Camarillo, en 2014.
En octubre de 2016, tuvimos el primer esbozo de díptico hecho por la ilustradora Gabriela Fajardo, pero aún no contábamos con el texto de Antonio.
La idea fue evolucionando: la historia de migración se escribiría en dos idiomas: español y triqui, y con ello fomentar la práctica de la lengua materna entre las niñas, niños y adolescentes de la etnia, que han dejado de hablarla aun cuando es el rasgo vital de su cultura. Por otro lado, buscábamos detonar el diálogo y la reflexión en torno al fenómeno de la migración para profundizar en las historias de las familias asentadas y en movilidad (pueblos originarios y comunidades mestizas)
En marzo de 2017, Antonio me envió por inbox el anhelado texto bajo el título de “Sonrisa de monstruo”. Lo leí inmediatamente y me encantó. Le envié mensaje, escribí: “es poético, filosófico, entrañable y hermoso”. Después, reenvié el cuento a la doctora Martha Elena Márquez, coordinadora del Seminario, quien ofreció todo su apoyo y confianza en los siguientes pasos.
La idea original que consistía en la impresión de un díptico se convirtió en un proyecto más complejo: la edición y publicación de un libro, con el cual, el Seminario Sociedad del Conocimiento inauguraba una colección editorial en lenguas indígenas.
“Amigos y amigas, mañana estaré en FILUNI (Feria Internacional del Libro Universitario) presentando Sonrisa de monstruo, un libro que surgió por una invitación de Magda Rivera para contar a sus niños jornaleros en Sonora y que se ha convertido en un libro traducido en triqui para llegar a esa comunidad mexicana. El libro andará entonces allá, en el desierto, con las comunidades de migrantes de la zona y me tiene muy feliz. Si andan en FILUNI, nos vemos como a la una”, escribió Antonio Ramos Revillas en su muro de Facebook.
“Sonrisa de monstruo” se presentó en la FILUNI el 29 de septiembre de 2018. Eugenio Camarillo es autor de la traducción en lengua triqui de San Juan Copala y Gabriela Fajardo, autora de las ilustraciones y responsable del diseño editorial.
Ese mismo año, en el marco de las Jornadas con jornaleras y jornaleros, “Equidad y justicia”, llevamos a cabo la lectura en voz alta de “Sonrisa de monstruo”, con la mediación de dos jóvenes profesionistas de Miguel Alemán: Rosalía Pablo Juárez y José Juan Bacaricia.
En la cancha del centro ceremonial triqui “Tres cruces” formamos un círculo de sillas, invitamos a tomar asiento a niñas, niños, jóvenes y señoras triquis y mestizas. José Juan leía en español un fragmento y enseguida Rosalía hacía la traducción al idioma triqui.
Una treintena de personas escuchaban por turnos, esperaban con interés sostenido el siguiente fragmento del relato ¿qué tanto les revelaba de su propia historia?, ¿qué imán contenía a las lectoras y lectores oyentes que permanecían en sus sillas expectantes?, ¿qué era ese fueguito en la mirada de las señoras?
La tarde avanzó y “Sonrisa de monstruo” fue captando el interés de más personas que se acercaron al círculo donde la palabra calzaba y vestía a todos por igual.
El Día del Jornalero, celebrado el 29 de noviembre de 2018, fue diferente a otros años, resignificamos la fecha, de ser un día marcado por el corporativismo sindical, se convirtió en una jornada a favor de la equidad y la justicia. Colocamos en el ojo público los derechos de las trabajadoras y los trabajadores del campo, incluyendo los derechos culturales a través del poder transformador de la palabra oral y escrita, la memoria y las tradiciones en un territorio de gran diversidad cultural y lingüística.
Dar otro sentido a la conmemoración, hacerla libre y participativa también nos permitió reorientar los esfuerzos de fomento a la lectura y escritura, sumar a más personas de la comunidad, promoviendo su protagonismo, sobre todo de jóvenes, ellas y ellos pueden encabezar la enseñanza de las lenguas indígenas con presencia en Miguel Alemán y fortalecer de esta manera las culturas de los pueblos originarios residentes y de las comunidades en movilidad.
Reflexión final: La lectura compartida es fuente de relaciones interculturales.
El ejercicio leer en comunidad “Sonrisa de monstruo” propone retos (personal/colectivo)
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