Pasantes de medicina: abandonados entre Covid-19 y la violencia

Egresados de la Universidad de Sonora se encuentran entre la confirmación y la sospecha de Covid-19 y la incertidumbre por la violencia de este municipio

María José López/El Sol de Hermosillo

  · lunes 22 de junio de 2020

Cortesía | María José Cota Soto Osuna

Desde que inició la contingencia sanitaria los pasantes de medicina de la Universidad de Sonora, que hacen su servicio social, no han recibido atención ni apoyo por parte de dicha institución para realizar su labor de una manera segura en los hospitales del IMSS o de la Secretaría de Salud.

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Cortesía | María José Cota Soto Osuna

Actualmente son 94 los pasantes que se encuentran en diferentes municipios de la región, donde han tenido contacto directo con pacientes que padecen de Covid-19, incluso algunos de ellos ya han sido diagnosticados con esta enfermedad por no contar con el material de protección adecuado.

María José Soto Osuna, de 25 años, realiza su servicio social en un hospital del IMSS en Pitiquito y reside en Caborca, pues fue quien decidió visibilizar la problemática actual que viven ella y sus compañeros, tras no recibir respuesta de la Unison.

“Necesitamos que la Universidad de Sonora nos apoye con equipo de protección, ya que en las instituciones en las que estamos se nos ha negado material como cubrebocas, guantes, solamente porque dicen que no somos empleados, sino becarios y que el material es para empleados, pero nosotros tenemos contacto con pacientes con Covid-19”, contó.

Violencia en Caborca, otra dificultad

El enojo, preocupación y desesperación de la joven estudiante detonó este viernes, cuando se presentaron hechos violentos en Caborca, donde se escucharon detonaciones por casi cuatro horas, explosiones y enfrentamientos entre grupos criminales, pues la Institución en ningún momento se contactó con los cinco pasantes que viven en dicho lugar para saber cómo estaban.

Cortesía | María José Cota Soto Osuna

“Somos cinco pasantes de la Unison viviendo en Caborca, entonces esa noche del viernes la pasamos tirados en el suelo esperando a que en algún momento terminara, al siguiente día esperamos que la Universidad se reportara con nosotros para comentar lo sucedido, esperábamos por lo menos que quisieran saber cómo nos encontrábamos, y al ver que casi dentro de 24 horas no teníamos respuesta decidimos reportarnos con el encargado del servicio social de medicina de la Unison”, recordó.

María José de inmediato optó por comunicarse con Joel Cota Castro, coordinador del Servicio Social de la escuela de medicina, pero no tuvo respuesta alguna hasta después, pero a raíz de esto compañeros de la joven le enviaron mensajes donde expresaban que llevan meses tratándose de comunicar con la Unison por situaciones similares.

“Nosotros pertenecemos a la Secretaría de Salud o al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) al elegir plazas, pero en mi caso estoy en IMSS, pero seguimos siendo responsabilidad de la Unison, los institutos si nos apoyan pero se lavan las manos que no somos empleados de ellos, sino que somos becarios. Entonces no tenemos la protección en las que estamos, ni de la universidad”, precisó la entrevistada.

Asimismo, agregó que los médicos pasantes que se encuentran con esta problemática en Caborca no desean dejar de asistir al servicio social, únicamente que la Universidad de Sonora les brinden condiciones y recursos seguros para continuar con su labor y encontrar soluciones cada vez que se presente una situación similar.

“Estamos esperando a que nos digan que podemos retirarnos por algunas semanas del área en lo que se calma, pero no nos han mandado la carta oficial que estamos en Caborca, no sabemos si habrá consecuencias en nuestro servicio social porque si tenemos tres faltas en todo el año, se cancela el servicio social y se pierde ese año, por eso estamos con el miedo, para que el IMSS no nos castigue”, puntualizó.