En 2020, Pablo Treviño pudo experimentar las dos caras de la pandemia. Y es que, el joven hermosillense, ingeniero mecánico de profesión, vivió lo negativo, desde el punto de vista económico, al tener que cerrar su gimnasio durante varios meses.
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Por otro lado, desde hace alrededor de 5 años, se dedicaba a la reparación de equipos de gimnasio en casa, oficio que incrementó considerablemente su demanda en el mismo periodo.
“Fue un sabor muy agridulce, porque en cuestión de los gimnasios sí nos fue muy mal, perdimos bastante, pero en los servicios de reparación y mantenimiento tuvimos un boom como no se había visto en mucho tiempo”, expresó.
En exclusiva para El Sol de Hermosillo, mencionó que cuando recién terminó su carrera universitaria comenzó a dedicarse a la reparación de máquinas de ejercicio, principalmente en algunos gimnasios. Sin embargo, pronto comenzaron a solicitarle servicio en algunas viviendas, con equipos caseros, con lo cual empezó a hacerse de clientela, fue así como, a la vuelta de unos meses nació su negocio Fixing Gym.
“Así fue como empecé, casa por casa, con un maletín de herramientas; en ese tiempo no se usaba tanto todo este rollo del Internet y las redes sociales era más que nada recomendaciones de boca en boca e ir de casa en casa. Con el tiempo me fui dando a conocer y fue entonces cuando decidí que quería formalizar mi negocio, así que me puse a diseñar un logotipo y ver algunas ideas, hasta que elegí el nombre Fixing Gym”, compartió.
En ese momento, Pablo descubrió que había un hueco en el mercado para su negocio, ya que no conocía a muchas personas que se dedicaran a la reparación de este tipo de equipos en los domicilios, por lo que decidió aprovechar esa oportunidad.
Claroscuros de la pandemia
En 2020, tenía apenas poco más de un año de haber abierto su propio gimnasio, mismo que había logrado armar con las máquinas que solían darle a modo de pago en otros gimnasios.
“Yo siempre digo que mi gimnasio es el gimnasio de los lamentos porque siempre que un gimnasio iba a cerrar me llamaban para darle mantenimiento y, como no había dinero me decían ‘Llévate esas dos máquinas’. También me tocó gimnasios que apenas iban a abrir y yo les ayudaba a instalar todo y dar mantenimiento y también me pagaban con equipo”, añadió.
A pesar de que la situación iba muy bien, con la llegada de la pandemia y las restricciones impuestas por la contingencia sanitaria, Pablo tuvo que cerrar su gimnasio e inclusive entregar otro que tenía unos meses que acababa de arrendar.
Sin embargo, el éxito llegó cuando las personas comenzaron a realizar ejercicio en casa, pues la demanda de los servicios de reparación, mantenimiento y venta de equipo que ofrece se incrementó considerablemente.
“Se vino un boom de compras de equipo de gimnasio; yo tenía bastante equipo tirado en la bodega y comenzaron a pedirme que les vendiera, así que me puse a hacer todas las reparaciones. Me puse a enseñar de nuevo a los muchachos que son parte de mi equipo a cómo trabajar en las casas, cómo hacer reparaciones de equipos caseros porque regresamos a ese mercado. Por ese lado me empezó a ir muy bien”, destacó.
También reconoció que muchas personas compraron en Internet aparatos para ejercicio, pero la mayoría de ellos no eran aptos para el ejercicio que planeaban hacer o para el peso de la persona, por lo que le empezaron a solicitar reparaciones.
Nuevos horizontes
Para Pablo Treviño 2021 ha sido un mejor año, con una recuperación económica lenta, pero paulatina, por lo que espera para 2022 seguir creciendo, principalmente en la venta de equipo y en el mantenimiento a domicilio, pues encontró que esos son sus negocios más fuertes.
Señaló que normalmente los últimos meses de cada año, noviembre y diciembre, son temporada baja en los gimnasios y su trabajo en general, sin embargo, en esta ocasión decidió no tomar vacaciones, pues no ha parado de trabajar.
“Ahorita me han estado llamando de varios gimnasios para realizar servicios, y en cuestión de las casas la gente se ha adaptado muy bien a entrenar desde su hogar, así que han seguido equipándose poco a poco. Normalmente en otros años, en esta temporada ya andaba de vacaciones, porque realmente no tenía mucha demanda de trabajo”, agregó.
Por último, apuntó que las redes sociales han sido excelentes plataformas para hacerse publicidad y con ello ganar clientes. Facebook es la que ha utilizado más, pero entre sus planes para el próximo año está tomar algunos cursos para entender la dinámica de Instagram y también sacarle provecho.
“En enero quiero entrar a un programa de capacitación para poder dominar Instagram. Facebook siempre me da clientes; yo siento que Facebook fue la que me salvó; si no fuera por esta plataforma no habría podido vender el equipo que tenía almacenado y no habría podido reactivar mis servicios de reparación en casas y darme a conocer tan rápido”, resaltó.