Hermosillo, Sonora.- Para aumentar la variabilidad genética del berrendo sonorense en el Noroeste del estado y favorecer con ello su protección, tres parejas de esta subespecie serán liberadas en la región de El Pinacate en febrero 2020 y, previo a ello, se realizará un censo de estos ejemplares en la zona, anunció Luis Carlos Romo Salazar.
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El Comisionado Ejecutivo de la Comisión de Ecología y Desarrollo Sustentable del Estado de Sonora (Cedes) informó que, con el apoyo del Departamento de Caza y Pesca de Arizona (Azgfd por sus siglas en inglés) y de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), se trabaja en la preparación de este procedimiento.
Leonardo Corrales Vargas, director general de Conservación de la Cedes, detalló el propósito y esquema a seguir en este programa.
“El objetivo de la reintroducción es incorporar nuevo material parental para aumentar la variabilidad genética de esta subespecie en la entidad, que si bien en los últimos años se ha ido recuperando, tiene un sinnúmero de amenazas naturales e inducidas, entre ellas los ataques de coyotes, que son los principales depredadores de esta subespecie”, indicó.
El funcionario explicó que este programa se desarrollará en tres etapas. La primera es la instalación de un corral de preliberación o cuarentena en ejidos dentro de la propia reserva de El Pinacate, el cual ya se encuentra habilitado con abrevaderos de agua e islas de alimentación. La segunda etapa consiste en el transporte y confinamiento de las tres parejas de berrendo sonorense, procedentes del Refugio Nacional de Vida Silvestre de Cabeza Prieta en Arizona; y, la tercera, será la liberación de los ejemplares en febrero.
Corrales Vargas dio a conocer que previo a la reintroducción de los berrendos, en el periodo del 18 al 22 de noviembre la Cedes, en coordinación con la Azgfd y la Conanp, llevará a cabo un censo aéreo de las poblaciones de berrendo en las regiones de El Pinacate y Quitovac, con el fin de elaborar el conteo bianual de berrendos y sus sitios de distribución en el desierto de Sonora.
Precisó que durante el mes de diciembre se translocarán los seis individuos adultos, tres machos y tres hembras, con apoyo del Azfgd, cuyo procedimiento incluye el manejo sanitario e inocuo de los individuos en su lugar de origen y, posterior a su importación, los ejemplares serán colocados en confinamiento en el corral de preliberación con propósitos de aclimatación y cuarentena sanitaria, para finalmente liberarlos en el mes de febrero.
El especialista aclaró que esta introducción implica, además, un periodo de observación, en el que se constate que no representan ningún peligro zoosanitario a las poblaciones nativas que habitan en la Reserva de la Biósfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar.
Cada ejemplar estará provisto de una etiqueta auricular con un color y número para distinguir el sexo e identificar a cada individuo y llevarán un radio collar satelital para monitorear sus movimientos y su comportamiento, en un periodo de por lo menos ocho meses.
La coordinación que a través de la Cedes lleva el estado de Sonora con las agencias de gobierno, tanto nacionales como internacionales, enfatizó, ha permitido la conjunción de esfuerzos para la recuperación de diversas especies y subespecies en la región fronteriza.
“Es importante porque hablamos de una región de áreas naturales protegidas y corredores biológicos que tienen implicaciones importantes para la conectividad de la biodiversidad”, apuntó.
El berrendo en Sonora
El berrendo ocupa en la actualidad dos grandes territorios en Sonora, el de la región de El Pinacate, con una población del orden de 90 individuos y el de la región de Quitovac, que es la más extensa y se ubica en pleno desierto sonorense, con una población que oscila entre los 750 a los 800 individuos.
Los berrendos son un grupo de mamíferos emparentados con los antílopes y las gacelas y en Sonora ocupan como hábitat las grandes llanuras y pastizales del desierto, donde conforman corredores biológicos para desplazarse en busca de alimento, agua y refugio y, por lo general, conforman grupos de hasta 10 individuos, los machos coordinan a la manada y protegen a las crías de los depredadores, como los coyotes, que son los principales causantes de la mortalidad natural por depredación.