Uno de los problemas más frecuentes en la juventud y al que se le debe prestar atención es la violencia en el noviazgo, la cual afecta de manera más habitual al sexo femenino y suele minimizarse o inclusive pasar inadvertida de manera frecuente.
José Luis Garibaldi Zamora, director general de Salud Mental y Adicciones de la Secretaría de Salud de Sonora (SSA), indicó que la violencia en el noviazgo inicia a partir de pensamientos y posturas sociales o religiosas, que las personas suelen defender sin dar paso al diálogo, lo que suele provocar discusiones.
Explicó que es más frecuente que la violencia se dé desde el hombre hacia la mujer, principalmente por la cuestión hormonal, ya que la testosterona provoca que haya más impulsividad en los varones, y menos intención de dominio.
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En ese sentido, la violencia puede darse cualquier edad, sin embargo, se debe recordar que, mientras más jóvenes son las parejas más inmadurez pueden tener y un menor aprendizaje de la vida, dijo, por lo que los adolescentes pueden fácilmente sentirse ofendidos por cómo se conduzca o comporte la otra persona.
Garibaldi Zamora dio a conocer que los tipos de violencia que existen pueden ir desde la psicológica, física y económica, aunque en la etapa del noviazgo, el tipo de violencia que se presenta más comúnmente es la psicológica, la cual conlleva condicionamientos, restricciones, señalamientos, hostilidades o imposiciones.
Es aquí, dijo donde se debe prestar mayor atención ya que, cuando estos conflictos no se resuelven, evolucionan o escalan hacia actitudes físicas donde las personas pueden agredir directamente a su pareja.
“Este es un problema social, ya que la gran mayoría de las mujeres en México señalan haber sufrido algún tipo de violencia psicológica durante el noviazgo, que con frecuencia no se percatan que está aconteciendo en el momento de la relación y que después de dan cuenta que, efectivamente estaban teniendo dinámicas que no tenían por qué haber existido", comentó.
El director general de salud mental y adicciones aseguró que, muchas veces estas actitudes no se toman en cuenta y no se le da la atención que merecen ya que, invariablemente, en una relación de noviazgo esto no tendría cabida.
“Es necesario recordar que la relación de noviazgo es una interacción que implica conocer y compartir, de tal manera que, si uno de los dos integrantes de la relación comienza a experimentar sensación de incomodidad, esto manifiesta que algo no está funcionando como debería”, destacó.
A partir de lo anterior, expuso que se pueden comenzar a identificar restricciones y condicionamientos que, cuando no se cumplen, aparece una forma de inconformidad o molestia en la persona que después se descarga hacia la pareja con señalamientos, descalificaciones e inclusive con ofensas.
Apuntó que, con frecuencia se puede normalizar la violencia psicológica, lo cual es preocupante, ya que un porcentaje importante de las relaciones de noviazgo se da en la adolescencia, la cual es una etapa de mucha vulnerabilidad donde se están formando las personas y se están aprendiendo dinámicas de interacción y convivencia y en ese momento se puede percibir que ese tipo de posturas hostiles y descalificativas pueden ser adecuadas y así, asimilarlo como una enseñanza, lo cual es incorrecto.
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“Recordemos que dentro del proceso de enamoramiento se puede generar lo que se denomina “ceguera emocional”, es decir que nuestra condición sentimental no nos permite ver con claridad lo que está ocurriendo”, agregó.
Para finalizar, aseguró que un consejo que se puede tomar es preguntar a las personas cercanas, familiares o amistades qué perciben de la pareja, cuando hay algo que incomoda o preocupa a la persona.
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