Récord histórico este 2023 en incendios forestales en Sonora

El municipio más azotado por el fuego fue Ímuris con nueve incendios, que consumieron una superficie de 15 mil 189 hectáreas

Gil Reyes | El Sol de Hermosillo

  · domingo 14 de enero de 2024

El municipio más azotado por el fuego fue Ímuris con nueve incendios, que consumieron una superficie de 15 mil 189 hectáreas / Foto: Cortesía | CEPC

Este 2023 fue un año histórico en cuanto a incendios forestales, al duplicarse el número de acontecimientos con respecto al 2022 y superar por mucho la marca que permanecía desde hace más de 20 años.

Según cifras oficiales proporcionadas por la Coordinación Estatal de Protección Civil (CEPC), se cerró el año con 113 siniestros que consumieron un total de 65 mil 889 hectáreas, un 100% más en comparación con el periodo anterior en el que se registraron 56 acontecimientos y una devastación de 34 mil 031 hectáreas (ha).

El municipio más azotado por el fuego fue Ímuris con nueve incendios, que consumieron una superficie de 15 mil 189 hectáreas, de los cuales el de mayor dimensión fue en el predio Las Águilas con casi 13 mil 300 ha afectadas.

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Le siguió Bacoachi con uno solo, pero con un daño cercano a las 10 mil hectáreas, en la sierra denominada La Purica, el cual duró varias semanas para ser sofocado por la magnitud y la manera en la que se propagó el fuego.

Otros de los que también hizo discutirse al personal de esa dependencia estatal, así como a los elementos de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), fue el de Rosario Tesopaco, en La Soledad, donde estuvo a punto de llegar a las siete mil ha consumidas.

Este 2023 fue un año histórico en cuanto a incendios forestales, al duplicarse el número de acontecimientos con respecto al 2022 / Foto: Cortesía | CEPC

También el reporte establece que en Suaqui Grande en la zona de Los Gachupines fue la cuarta más incinerada y la quinta El Matacate en Carbó, con cuatro mil 580 y dos mil 370, respectivamente, que junto a otros tres concentraron 36 mil 589 ha, más del 50% del total acumulado entre el 1 de enero y el 14 de diciembre.

El anterior récord se tuvo en el año 2000 cuando se contabilizaron 87 siniestros, después se tuvo menos de esa cantidad, cuyo número fue superado antes del noveno mes de este año.

Estos datos colocan a Sonora dentro del apartado de entidades con mayor superficie afectada con Jalisco, Durango, Guerrero, Nayarit, Chiapas, Sinaloa, Michoacán, entre otras, que concentran el 83% de la flora siniestrada.

De las 72 localidades, en 34 hubo un acontecimiento de ese tipo, en el resto no se han presentado incidentes de un nivel considerable, cuyos factores suelen ser principalmente por imprudencias de personas que hacen fogatas y no las apagan, por arrojar colillas de cigarro, botellas que sirven como reflector de la luz solar que suele iniciar el fuego y demás.

Combate y prevención

A finales de abril se dio a conocer la creación de la Brigada Estatal de Manejo de Fuego, que surgió de la coordinación que existe entre la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Recursos Hidráulicos, Pesca y Acuacultura (Sagarhpa) y la CEPC para atender de forma inmediata cada suceso que se registre en la región.

Según cifras oficiales proporcionadas por la CEPC, se cerró el año con 113 siniestros que consumieron un total de 65 mil 889 hectáreas / Foto: Cortesía | CEPC

Desde que inició la participación de los 10 brigadistas, se ha logrado reducir hasta en un 50% el tiempo para resolver los siniestros, esto en comparación con el lapso de reacción en el 2022.

Se trata de un equipo de diez personas, ocho hombres y dos mujeres, menores de 30 años, quienes cuentan con herramientas y equipo de protección para reaccionar en las zonas en las que se necesiten.

Pero su función no solo es combatir incendios, sino prevenirlos, por ello realizan visitas a planteles escolares para concientizar a niños y jóvenes de la importancia de cuidar el medio ambiente para que no se den hechos que pongan en riesgo el entorno y a las mismas personas.

Así mismo, se programan actividades en parques públicos para llevar a cabo reforestación de plantas y árboles nativos, que ayuden a mejorar la imagen y sitios naturales que creen oxígeno.

Debido a que la mayoría de los incendios suelen ser provocados de forma directa o indirecta por seres humanos, las autoridades exhortan a la población a atender las recomendaciones como es apagar cualquier fogata que se haga en lugares con maleza; depositar todo tipo de vidrio en la basura y no tirar en carreteras o cualquier otro espacio los restos de cigarrillos, pues eso es fundamental para que no se inicien las llamas.

Estos datos colocan a Sonora dentro del apartado de entidades con mayor superficie afectada / Foto: Cortesía | CEPC

La pronta respuesta es clave, señalan para frenar la propagación de los siniestros, de ahí que los pobladores o cualquier otra persona que sea testigo de un suceso así, debe reportarlo de inmediato a la línea de emergencia 911 para que se canalice y se brinde atención lo antes posible.

Debido a la intensidad del fuego hay animales que mueren por no poder escapar de esos escenarios, por lo que es difícil contabilizar el número de especies que son incineradas.

En Hermosillo cómo vamos...

Aunque en esta capital se incrementaron este año los incendios de maleza en diversos predios, algunos de ellos de niveles inusitados, solo uno alcanzó la categoría de forestal, según la información proporcionada por la dependencia estatal, al apenas detectarse 10 hectáreas de vegetación consumida, lo que la ubica entre los rangos más bajos de los municipios que aparecen en el listado.

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Sin embargo, para las autoridades de los distintos niveles de gobierno resultó preocupante el que de forma constante se hayan dado siniestros en varios puntos de la ciudad como es el Cerro Johnson, en los alrededores de La Campiña, por mencionar algunos.

Debido al impacto que tienen en el entorno, se mantiene especial vigilancia para erradicar esa práctica, que suele propiciar daños al medio ambiente y a personas que residen cerca de las zonas en las que hay acumulación de maleza o árboles secos.

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