Con una bocina posada sobre la tumba de sus seres queridos en el Panteón Yáñez, la familia Ibarra celebró la vida de María Nieblas de Ibarra y sus hijas Ofelia y Olga, tres de las principales mujeres de la familia.
Ramón Enrique Félix Ibarra, hijo de Ofelia, quien murió hace 3 años, no pudo evitar el sentimiento de evocar a su madre y, con las lágrimas al borde de sus ojos, indicó que extrañaba la alegría de su progenitora.
“Ella era una persona muy alegre y fiestera que hacía comidas para todos, además tenía una panadería y se especializaba en hacer pan para hot dogs”, relató Maricruz Ibarra Peraza, su sobrina-nieta.
De acuerdo con los parientes, la bocina permanece sobre la tumba con las canciones favoritas de Doña María, quien le encantaba ir y hacer fiestas, independientemente de que fuera invitada o no.
La familia Ibarra era tan unida que todos los hijos de Doña María fueron enterrados en el mismo camposanto, pues a unos cuantos metros de su residencia se encuentran los restos de sus dos hijos, mismos que también fueron honrados.