El tener un hijo desaparecido por largo tiempo es uno de los dolores más profundos que puede experimentar una madre, pero el encontrar sus restos podría dar un fin a la búsqueda, aunque no necesariamente sea una situación fácil de vivir.
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El pasado 30 marzo de este 2020, las Madres Buscadoras de Sonora recibieron lo que comúnmente se conoce como “pitazo”, sobre la ubicación de los restos del hijo de su líder, quien está desaparecido desde mayo de 2019.
En un predio ubicado a la altura del kilómetro 99 de la carretera 100 a Bahía de Kino, efectivamente encontraron una osamenta con lo que parecía ser los restos mortales de un ser humano.
Ceci Patricia Flores Armenta, líder de las Madres Buscadoras de Sonora, explicó que después de estudios que hicieron forenses de la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE), determinaron que no corresponden a los de su hijo.
“Gracias a Dios no, no fue mi hijo, era una persona de unos 25 años y medía aproximadamente 1.70, fue lo que me dijeron. Yo sigo buscando a mi hijo, sigo en la búsqueda de mi hijo y de todos mis corazones”, afirmó.
En cuanto a la identidad de los restos de la persona que encontraron, manifestó que las Madres Buscadoras desconocen de quién pudiera tratarse, pues no se les ha avisado a ellas si hay alguna familia que se haya hecho pruebas y que resulten compatibles.
“No sabe nada todavía, no sé si la familia se haya hecho ADN, ya ves que hay muchas familias que tienen miedo, que piensan que sale caro o que no tienen la manera de hacerse estudios y a la mejor es el caso del familiar de esta persona”, expuso.
Flores hizo un llamado a las personas que tengan un familiar desaparecido para que se hagan las pruebas de ADN y de esta manera será más fácil encontrarlo.
Por último detalló que la osamenta fue encontrada en un predio ubicado antes de llegar a la capilla dedicada a San Judas Tadeo, seis kilómetros antes de llegar a Bahía de Kino.