Los restos del sacerdote jesuita Eusebio Francisco Kino yacen en el municipio de Magdalena en donde fueron encontrados después de que durante 250 años se desconoció el lugar exacto de su sepulcro.
Fue buscado por antropólogos e historiadores mexicanos y estadounidenses, fue en el año de 1966 que sus restos fueron encontrados bajo la Plaza Monumental, lugar donde se levantó un mausoleo en su honor.
Durante los Siglos XVII y XVIII los españoles buscaban una manera de controlar la región que en la actualidad se conoce como Sonora. Se cambió de estrategia y se utilizó a misioneros ya que por la ferocidad de las tribus no habían logrado colonizar totalmente la zona los indígenas repelían los intentos de los españoles por controlar la región.
No obstante, el sacerdote no pasó mucho tiempo de su vida en este lugar, pues su vocación era viajar para difundir el evangelio La razón por la que el pueblo de Magdalena de Kino le rinde honor en su nombre es que, el 15 de marzo de 1711, el sacerdote murió repentinamente al terminar la inauguración de la capilla de San Francisco Javier.
La creencia de los devotos es que al no poder levantar la figura del santo que yace acostada en medio de la capilla significa que primero es necesario expiar pecados.