Además de reducir al menos 42% el hato ganadero en Sonora, la sequía provocó que la comercialización de reses comenzará antes del ciclo de exportación, lo que tendrá repercusiones en 2022.
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La ola de calor y la escasez de lluvias orilló a los productores sonorenses a vender su ganado antes de lo previsto quedándose con pocos animales para exportar y para subsistir el próximo año.
De acuerdo a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Recursos Hídricos, Pesca y Acuacultura (Sagarhpa) del Estado, es en septiembre cuando empieza la exportación de ganado en pie, principalmente hacia Estados Unidos.
Datos de la dependencia señalan que entre el 1 de septiembre y el 26 de noviembre de 2020 se exportaron 100 mil 600 reses al país vecino del norte, mientras que en el mismo periodo de 2021 fueron 67 mil 565.
En abril de este año, la Sagarhpa registró una disminución de, al menos, 42% de las reses de Sonora, es decir, hasta 465 mil cabezas de ganado perdidas entre mortalidad, sacrificios y ventas a otros estados.
Sequía cambia el panorama
Para Horacio Coronado García, quien se dedica a la comercialización, compra y venta de ganado bovino, la sequía tuvo más impacto que la contingencia sanitaria debido a que su labor se contempló como un sector esencial y se mantuvo activa.
Explicó que la sequedad extrema en la entidad provocó que los pequeños productores tomaran la decisión de vender sus vacas, así como becerros chicos como una estrategia para mantener el hato, pero esto lo hicieron en verano antes de que comenzará el ciclo de exportación en septiembre.
“Hubo muchísima venta sobre todo de vacas, al grado que la misma Unión Ganadera no tenía espacio ni los acopiadores, hubo un flujo muy elevado en las ventas antes de las aguas, sobre todo en verano, de vacas que lamentablemente no dan los mejores precios”, expresó.
La falta de pastura y agua en los agostaderos, así como el incremento en los costos de los forrajes o alimentos preparados generó una afectación en el peso de los animales, por lo que algunos no se vendieron como se esperaba.
Coronado García mencionó que a inicios de 2020 la venta de ganado fue favorable debido a que el tipo de cambio permitió un incremento en el precio de venta, llegando incluso a pasar de 19.30 pesos a casi 25 pesos por kilo, “pero actualmente un becerro de 200 kilos ronda los 12 mil 500 pesos”.
Debido a la venta temprana debido a la situación de sequía, estima que será en el verano de 2022 cuando se perciban más las afectaciones, ya que no se contará con la misma cantidad de becerros para comercializar.
“Posiblemente se empiece a reflejar esa pérdida en el verano próximo cuando se comience a comercializar las crías que hubieran tenido, en la sequía se comercializó mucho becerro chico porque desahijaban para ayudarle a la vaca, eso generó que las ventas de ganado se adelantan a las fechas”, reiteró.
Otro de los factores que también podrían repercutir en 2022 es la inflación y el aumento en el costo del maíz, ya que este es el elemento principal para desarrollar fórmulas alimenticias que contribuyan a la cría de ganado.
Antes de la pandemia
El director de Comercialización de la Unión Ganadera Regional de Sonora (UGRS), Jesús Ancheta Molina, declaró que el déficit en las exportaciones, (que ronda 30%) es una consecuencia más de la reducción del hato ganadero por la sequía extrema de este año.
“Traemos números principalmente más bajos en hembras. Hay muchas hembras que estaban programadas para exportación y se han ido al mercado nacional porque han encontrado precios y mejores condiciones de venta”, externó.
Antes de la pandemia causada por el Covid-19, durante el ciclo ganadero 2019-2020 Sonora se posicionó en el segundo lugar a nivel nacional con más exportaciones a Estados Unidos, al comercializar 350 mil 831 cabezas de ganado, de acuerdo a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
Esa cantidad representó el 25% de las reses, tanto becerros como vaquillas, que se comercializaron fuera de México, sin embargo, el estado de Chihuahua fue quien se mantuvo en primer lugar con 507 mil 562 cabezas de ganado exportado antes de la crisis sanitaria.
