Tras difundirse la historia de doña Herlinda a través de redes sociales para solicitar apoyo con despensas, agua u otros artículos, los sonorenses respondieron al llamado de ayuda para la señora de 90 años de edad, originaria de Empalme.
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Herlinda vivía en un cuarto fabricado con madera, cartones y techo de lámina; dentro del lugar se podía encontrar basura, botellas, cajas vacías, cobijas y ropa sucia, animales y muebles en mal estado.
Los cambios de clima se hacían notar en cada momento, pues en tiempo de lluvia el agua se filtraba por el techo y las paredes; mientras que en tiempo de calor el techo de lámina hacía más insoportable su estancia dentro del lugar.
Al percatarse de la situación en la que se encontraba la adulta mayor, el joven altruista Ulises Camacho y su equipo de trabajo, decidieron recaudar fondos para ayudarla y construir un lugar digno donde pudiera vivir tranquila y sin correr riesgos ante una tormenta o la picadura de un animal.
“Desde que se publicó la nota se notó mucho más el apoyo de la gente, varias personas estuvieron mandando mensaje que querían apoyar, ya sea de la forma en la que se pudiera; con la cantidad que juntamos vimos que nos alcanzaba para ponerle las paredes de material, así que decidimos hacerlo, lo cotizamos y conseguimos el material”, mencionó Ulises.
No fueron suficientes los tres días de arduo trabajo de los jóvenes, pues la casa se encontraba en malas condiciones y requirieron hacer una limpieza profunda.
“Lo más difícil fue la limpieza, luego empezamos a fumigar y para sorpresa de nosotros salieron más insectos de los que pensábamos: muchas cucarachas, arañas, alacranes y tarántulas, sacamos alrededor de unas 15 bolsas de basura, se llenó un pick up grande y todavía tuvimos que hacer dos viajes”, explicó.
Ulises afirma que recibieron llamadas de personas de Hermosillo para hacer sus donaciones; sin embargo, al no tener como trasladarse no pudieron obtener los artículos, también tuvieron apoyo económico que sirvió para comprar los materiales de construcción y el pago del albañil, quien hizo un precio especial a los jóvenes para apoyarlos.
El equipo se conforma por siete personas y el albañil. Comenzaron a trabajar el día sábado en punto de las 7:00 horas y concluyeron a las 19:00 horas, el domingo de 7:00 a 13:00 horas, el lunes de 7:00 a 20:00 horas.
“Doña Herlinda al principio no estaba muy conforme con que le limpiáramos, y se entiende porque tenía cosas que aunque estaban en pésimas condiciones ella sabía que estaban ahí, pero en cuanto empezó a ver que se estaba viendo más limpio y que le sustituimos su muebles por otros se puso muy feliz”, compartió.
No solo las cuatro paredes de la casa se habían construido, sino también un hogar completo y el corazón de Herlinda, pues ahora su espacio tiene una cama cómoda, una mesa, muebles, trastes y platos para degustar sus comidas.
“Es una señora muy limpia y se nota pero adentro de su casita sí era demasiado y apenas que varias personas le ayudarán se iba a poder, terminó muy contenta y nos dijo ‘ahora sí puedo caminar bien por mi cuarto’”, detalló.
Para los jóvenes lo más gratificante fue ver la cara de emoción de la señora, quien no comprendía qué es lo que hacían en su casa hasta que comenzó a ver los resultados.
Asimismo, de la emoción, Herlinda ayudaba a los jóvenes a limpiar el lugar, mientras compartía anécdotas de su vida y todo lo que había pasado entre esas cuatro paredes hechas cartón y lámina.
“Al principio no entendía que estábamos haciendo, nos veía y nos preguntaba ¿Ya vienen a trabajar? Y nosotros le respondíamos ‘Sí, abuelita’; en verdad estamos muy agradecidos porque pudimos hacer un mejor proyecto gracias a esas personas y obviamente las personas que se dispusieron con su mano de obra y buen corazón”, expresó.
Después del avance que se logró el pasado fin de semana, consideran que van a seguir apoyando a la señora y le darán seguimiento a la situación para que más personas se unan y hagan sus donaciones directamente con ella.
“La verdad todavía nos queda por hacer, creo que si ya empezamos y hemos avanzado queremos seguir apoyándola hasta que pueda tener así como más protección y comodidad en su casa. No hay que abandonar a los adultos mayores, si se puede llegar al punto en que doña Herlinda ya no tenga que salir a vender nopales para poder comprar comida, que salga porque ella quiere y no tanto porque necesite”, concluyó.
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