El caso de la perrita que fue colgada de cables eléctricos en la Condominio San Pablo, al Norte de esta capital, no ha seguido su curso debido a que los ciudadanos del lugar se niegan a testificar que un menor de edad mató a golpes al animal antes de colgarlo del tendido eléctrico.
Carolina Araiza Sánchez, presidenta de la organización Pata de Perro, informó que a pesar de haber un señalado como responsable, los colonos de Condominio San Pablo se niegan a declarar, al parecer por miedo a represalias del joven implicado.
“Los mismos vecinos les tienen miedo, entonces son casos que se van quedando estancados por lo mismo, porque no hay quien dé fe de los hechos, que confirme quien fue y cómo lo hizo”, dijo.
De este modo, la protectora de animales lamentó que debido al miedo sea tan difícil hacer justicia a quienes no pueden defenderse por sí mismos, a la vez que señaló la problemática que representa el no poder dar las atenciones necesarias y correctivos adecuados a menores que se dedican a cometer este tipo de crímenes.