En la lista de los diez estados con mayor número de feminicidios registrados en el 2018, Sonora se ubica en la novena posición con 31 carpetas de investigación iniciadas por parte de las autoridades judiciales respecto de asesinatos de mujeres por su condición de género, cifra en la que aporta el 3.71% de la incidencia en esta materia a nivel nacional.
Lo anterior surge de las estadísticas proporcionadas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, donde se consigna que durante el año pasado en México se cometieron 834 feminicidios, de los que el estado cuenta 31.
En esta estadística se señala que la entidad con mayor número de carpetas iniciadas por este tipo de delito es el Estado de México con 106 casos, seguido de Veracruz con 87, Nuevo León con 79, Chihuahua con 51, Sinaloa con 48, 40 casos en la Ciudad de México, 32 en Puebla y por último Guerrero y Sonora con 31 crímenes cada uno, cerrando Oaxaca con 29 casos.
Así, entre estas 10 entidades que encabezan la lista se concentra el 64.02% de todos los feminicidios ocurridos en la República Mexicana durante el 2018.
El método
A diferencia de las ejecuciones cometidas por el crimen organizado, que en su mayoría son perpetradas haciendo uso de armas de fuego, en el caso de los asesinatos de mujeres la mayoría de las investigaciones iniciadas señalan que la muerte fue provocada por golpes con objetos contundentes, puños o bien por armas no especificadas.
A este tenor los datos señalan que de los 834 feminicidios registrados el año pasado en todo el país, el 56.83% (474) corresponden a asesinatos con armas no especificadas, objetos contundentes o a golpes, mientras que el 23.14% (193) fueron cometidos con armas de fuego y el 20.02% (167) haciendo uso de armas punzocortantes.
En Sonora
Como ya se ha mencionado, el estado de Sonora contribuyó con el 3.71% de los feminicidios ocurridos a nivel nacional en 2018, con 31 casos de los cuales la mayoría se ubican en el municipio de Cajeme, que ha resaltado a nivel nacional por su situación de violencia.
Según esta estadística, en 2018 se perpetraron asesinatos de mujeres en 12 municipios de Sonora, destacando Cajeme con siete, Hermosillo con seis y Nogales con cinco, concentrando entre estas tres demarcaciones el 58.06% de los feminicidios del Estado.
Cabe señalar que el resto de los casos se registraron en los municipios de Agua Prieta (2), Caborca (2), Empalme (1), Plutarco Elías Calles (1), Guaymas (3), así como Huatabampo, San Javier, San Luis Río Colorado y Yécora todos ellos con un caso registrado.
117 asesinatos en cuatro años
La misma fuente federal señala que a lo largo de los últimos cuatro años en el estado de Sonora se han perpetrado 117 asesinatos de féminas, dando un promedio de 29.25 feminicidios al año desde el 2015 al 2018 en la entidad.
En la base de datos se observa que de 2015 a 2016 se dio un repunte del 25%, pasando de 24 a 30 casos, mientras que al 2017 se dio otro leve aumento de 6.66% (llegando a 32 casos ese año) y por último de 2017 a 2018 se presentó una reducción en la incidencia del 3.33%.
Con respecto a los municipios, los que han destacado de forma constante en la gráfica son Cajeme y Hermosillo, que desde los últimos cuatro años figuran entre los primeros tres peldaños en la estadística, esto por su densidad poblacional.
Familiares o allegados
En fechas pasadas, la representante en Sonora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, Silvia Núñez Esquer señalaba que el 60% de los feminicidios pertenecen al círculo inmediato de las víctimas o incluso son miembros de su familia.
La especialista indicó que el rango de edad de las víctimas siempre oscila entre los grupos de entre 21 y 30 años, seguido de las mujeres entre 41 y 50 años de edad, mientras que sus estudios indicaban que los municipios con más incidencia eran Cajeme, Hermosillo y Nogales, lo que encaja con las cifras de la Federación.
Exhortan a prevenir
Respecto a estos temas, varias autoridades se han pronunciado respecto a la importancia de la prevención, pues los círculos inmediatos de la mayoría de las víctimas terminan por denunciar que previo a los asesinatos han existido antecedentes de maltrato o violencia intrafamiliar.