A poco más de un año del inicio de la administración de Alfonso Durazo Montaño como gobernador de Sonora, la incidencia delictiva ha tenido una ligera disminución en rubros como los homicidios dolosos.
De acuerdo al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp), en el último año de gobierno de Claudia Pavlovich Arellano, se registraron alrededor de mil 747 asesinatos, mientras que en los primeros 12 meses de la actual administración fueron mil 475, una reducción de 15%.
Sin embargo, pese a los números registrados en instancias gubernamentales como el Secretariado, la realidad que los sonorenses viven en los distintos municipios es otra, pues los delitos de alto impacto se siguen llevando a cabo, en gran parte por la presencia del crimen organizado.
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La directora del Observatorio Sonora por la Seguridad, Krimilda Bernal Hoyos, destacó que en municipios como Cajeme se cometen en promedio tres homicidios por día, y que, aunque el tema de la inseguridad no viene desde esta administración, no se vislumbra una pronta solución.
“Estos datos del Secretariado no reflejan 100% la realidad que vivimos en el estado, al contrario, esas cifras a la baja de los homicidios no se ven reflejadas en las múltiples manifestaciones de violencia en los municipios”, declaró.
Asimismo, seis de los municipios de la entidad se encuentran dentro del top 50 de las localidades más peligrosas del país. Empalme se encuentra en la cuarta posición al contar con una tasa de 140 homicidios por cada 100 mil habitantes.
Los demás municipios dentro del ranking realizado por elcri.men con datos de Inegi y el Sesnsp son: Caborca, Cajeme, Magdalena, Guaymas y San Luis Río Colorado, en los lugares 8, 12, 32, 37 y 38 respectivamente.
“En el caso de Cajeme, el promedio es de tres personas asesinadas al día, cuando las cifras están arrojando reducciones porcentuales respecto a homicidios dolosos. En el caso de Empalme también vemos manifestaciones de violencia totalmente contrarias y justamente estas cifras nos parecen un poco problemáticas”, abundó Bernal Hoyos.
Por su parte, el Semáforo Delictivo mantiene a Sonora en el color rojo los delitos de homicidios, extorsión, lesiones, violación, y la violencia intrafamiliar. El narcomenudeo, robo de vehículo, robo de casa, y robo a negocio se encuentra en amarillo.
Secuestros y desapariciones
Los delitos que están en color verde son el feminicidio y el secuestro; el primero con el problema de categorización del delito, y el segundo, un tema que resurgió en la conversación de los sonorenses tras un septiembre de múltiples casos consecutivos.
“Sonora tradicionalmente ha tenido muy buen grupo antisecuestro, y hemos tenido conocimiento de que -poco a poco- se ha ido abandonando. Esta parte es importante, se debe rescatar por parte de las autoridades correspondientes, dándoles una capacitación y presupuesto”.
En cuanto a personas desaparecidas y no localizadas, hasta el pasado mes de agosto se registraron 122, lo que acentúa la proliferación de grupos ciudadanos de búsquedas de cuerpos, pues ya no solo son Madres Buscadoras, hay más organizaciones como Buscadoras por la Paz, Guerreras Buscadoras, cada una con sus ramificaciones.
“Se crean por la ausencia de búsqueda por parte del Estado mexicano; no se han realizado las búsquedas, no se da el presupuesto correspondiente, y al hablar de personas desaparecidas también tenemos que hablar de la crisis forense del país”, apuntó.
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Y así, pese a contar con números que indican que varios delitos han ido a la baja, el sentir de los ciudadanos es otro, pues su principal preocupación de acuerdo a datos del Inegi, es eso, la inseguridad que se vive en las calles de los distintos municipios de Sonora.
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