La fe, la perseverancia y la necesidad de sacar a su familia adelante, han sido la clave para que Armando Rodríguez haya logrado mantener el negocio familiar durante más de tres décadas en Hermosillo, convirtiéndose en una de las taquerías más reconocidas de la ciudad e inclusive del extranjero.
Se trata de Tacos de Armando, un negocio que inició su padre en 1986 y que, con el paso de los años ha logrado posicionarse en el gusto de los hermosillenses por su gran variedad de platillos, pero también la calidad de estos.
Este es uno de los perfiles de los Hermosillenses de 10, que te presentamos como parte de nuestro décimo aniversario como El Sol de Hermosillo, con el fin de resaltar la labor de estos personajes que ponen en nombre el alto de Hermosillo.
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“Es una historia que inicia como muchas, por la necesidad de salir adelante a través de un emprendimiento. Mi papá fue carnicero muchos años, con el tiempo quiso poner su propia carnicería, no le fue bien, y estando en ese punto ahí cerquita estaba un callejón atrás de una escuela (La 'Prevo'), y se le vino a la mente poner unos tacos de carne asada ahí”, explicó.
Durante los siguientes 10 años desde su apertura, la taquería tuvo una gran aceptación además de que, en aquel entonces, dijo, no existía tanta competencia en la ciudad, por lo que tuvieron una buena temporada hasta que el contexto social de Hermosillo cambió y exigió que el negocio se reinventara, pues permanecía sólo como una carreta de tacos hasta ese momento.
Por aquellos años, Armando se encontraba estudiando la universidad, a la par que ayudaba a su padre con el negocio, principalmente con la elaboración de las salsas y lavando los trastes, con lo cual podía obtener un ingreso modesto, pero que le servía para las necesidades que le surgieran.
Cuando su padre le comenta que cerraría la taquería, Armando no dudó en proponerle que lo dejara administrarla, que le diera la oportunidad de mantener el negocio, sin importar si las ganancias eran pocas.
“Después de una Semana Santa cuando los que le ayudaban no fueron a trabajar, me dijo “ya voy a cerrar”, y yo le dije que me diera chance de yo quedarme con la taquería, “al fin y al cabo, lo que yo le saque va a estar bien para mí”, y empecé a trabajar ahí y a los meses tuve que dejar la escuela y a echarle fregazos, ahí estuve muchos años.
Aprender del negocio
Durante los siguientes años, Taquería de Armando tuvo temporadas buenas, pero también algunas crisis y altibajos, como muchos negocios, sin embargo, Armando estaba decidido a no dejar que el negocio pereciera, a pesar de que cada vez era más complejo mantenerse como ambulante.
“Un día de descanso, un día que no trabajé estaba paseando por la zona y vi que enfrente de la escuela había un baldío y dije ahí puedo yo estar, y ahí no voy a molestar a nadie. Contacté a la dueña del terreno, le pedí la oportunidad y como pude me metí. Traje mesitas, pero yo era un taquero ambulante y no contemplaba que necesitaba un mesero, necesitaba un sistema, entonces un mesero que todavía está conmigo iba y se aprendía las cosas de memoria y luego venía y me las decía mal y yo las hacía mal. Creo que decepcionamos a mucha gente en el tema de servicio, pero le seguimos y fuimos aprendiendo con el tiempo”, recordó.
Para el año 2007 Armando ya había afianzado bien la taquería, aprendiendo lo necesario para lo que los clientes requerían en ese momento, pero no fue sino hasta 2014 cuando el negocio empezó a ver la luz luego de los altibajos que tuvieron.
“Hubo muchos factores que aprendimos, Dios, fe, como que fue mucho tiempo, el hambre, y le fuimos agarrando y ya entendí el concepto, la identidad y empezamos a trabajar con una cultura de la gente que trabaja aquí, y ahí gracias a Dios nos empezó a ir bien”, dijo.
El orgullo hermosillense
El repunte que tuvo Internet en los siguientes años y la llegada de las redes sociales propiciaron que cada vez más personas conocieran la taquería, pero el salto más importante que tuvieron y con lo que, dijo, se catapultaron a nivel internacional fue la participación que tuvieron en Netflix con la serie Las crónicas del taco, en 2019.
Armando mencionó que en aquel momento una persona de la producción preguntó por sus tacos, pues recordaba haberlos probado hacía muchos años, y al confirmar que aún existía el negocio decidió enviar a un investigador para encontrar el lugar y hacer una reseña.
“Llega esta persona, le sirvo el taco, le platico la historia y se fue con un buen sabor de boca, creo. A los meses me hablan y me dicen que vendrán a grabar aquí, fue una muy bonita experiencia”, comentó.
A partir de esa colaboración con la plataforma de streaming, muchas personas, no sólo de Hermosillo sino de otros estados de la República e inclusive del extranjero, comenzaron a llegar para probar los famosos Tacos de Armando.
“Cuando viene lo de Netflix pues se siente muy bonito, de alguna forma sientes un reconocimiento, ¿qué nos sirvió?, que nos proyectó fuera de México. Entonces, cuando vienen visitas a Hermosillo me comentan que nos vieron en Netflix, y que traían el deseo de conocer aquí”, detalló.
Para Armando Rodríguez, ser hermosillense es algo que lo llena de orgullo, sobre todo por haber tenido la oportunidad de contribuir a colocar a Hermosillo a la vista de muchos, no sólo por su gastronomía, sino por todas las cosas que tiene para ofrecer al turismo la capital sonorense.
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“Siento muy bonito y mucho compromiso, eso me hace que todos los días tratemos de hacer lo mejor, no somos los mejores, pero tratamos todos los días de hacerlo, de buscar la forma de quedar bien con el cliente, de darle alimentos de calidad, de darle un servicio con calidez”, finalizó.
Armando Rodríguez actualmente lleva el negocio de la taquería junto a su hermana y su hermano quienes, dijo, son pieza clave y fundamental para la taquería.
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