Desde sus inicios la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) en Hermosillo fue presidida por hombres, 76 años tuvieron que pasar para que una mujer llegara a la cabeza de una de las cámaras que concentra a parte del sector empresarial más importante de la ciudad, posición donde ha podido refrendar su compromiso y su capacidad en los últimos tres períodos.
Silvia Álvarez Amaya nació en Hermosillo, es licenciada en Derecho, y mamá de dos niños, a quienes junto con su esposo les ha enseñado a entender el balance de los roles en el hogar, así como el equilibrio entre el negocio y la familia, pues desde hace quince años iniciaron su propia empresa, que actualmente tiene presencia a nivel nacional e internacional, gracias a la organización, pero sobre todo la visión de que la formalidad trae a los negocios más beneficios que obstáculos.
La manera en que Álvarez Amaya llegó a Canacintra, fue para crear una relación con otras empresas de la industria, integrándose primero en la Comisión de Mujeres, y tiempo después fue invitada a ser consejera nacional, lo que le permitió entender el “ecosistema empresarial que existe y lo grande que es Canacintra”, y luego ser convocada para tomar la presidencia de la cámara.
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“No fue pensado en el hecho de ser mujer o ser la primera mujer presidenta de Canacintra en Hermosillo, sino en el hecho de saber qué puedes hacer desde ahí, entonces a mi me encantó, y este es mi tercer año”, indicó.
La presidenta de la Cámara de la Industria de la Transformación señaló que lo primero que tienen que hacer las mujeres, pero las personas en general, es creerse sus capacidades, porque las oportunidades no llegan solas, sino que son dadas a quienes muestran tener la capacidad.
“La cámara siempre ha estado bajo esa conceptualización, que es muy cerrado o exclusivamente de hombres, porque también el Consejo sigue siendo la presidencia masculina, son poquitas las mujeres que somos parte del consejo y eso pasa en las empresas”, expresó.
El tiempo dentro de la cámara la ha llevado a diversos cuestionamientos, pues aunque no se trata de una lucha de poder, se reflejan los usos y costumbres de la cultura regional de antaño en Sonora, y porqué no decirlo también a nivel nacional, y las estadísticas lo demuestran.
“Sabemos que aquí en México, y también sucede a nivel global, arriba del 90% son empresas familiares, que inician con la presencia tanto de hombre como mujeres sin hacer diferencia, pero llega un momento en que si esas empresas van creciendo, quien toma decisiones comienzan a ser las personas del sexo masculino, los hombres, ¿en qué momento también nosotras lo permitimos y en qué momento también van a apoderándose?”.
Sucede que, según las observaciones que ha hecho, que las empresas familiares nacionales crecen y crecen, y quienes se quedan en los puestos de decisión son hombres, o que viene dando como resultado una tendencia masculina en los consejos, de la misma manera, al haber pocas opciones, son varones las personas que venían ocupando las presidencias, como en este caso de Canacintra, sin embargo esto no quiere decir que no haya mujeres dentro de la Cámara.
Sin embargo asegura que desde hace décadas, todo lo que es la organización, coordinación, y planeación, sobre todo de los eventos más importantes (aun y con presidente hombre en la cabeza) ha sido realizado por mujeres, pues la estructura operativa de la Cámara está formada casi en un 100% por género femenino.
“Canacintra nacional detectó esa tendencia hace alrededor de 20 años, y entonces dice ¿de qué manera empezamos a trabajar para incluir mujeres dentro de nuestro organismos y lo que se empieza a hacer es a crear una la comisión “Delegación de Mujeres Industriales” para de esa manera no segmentar a las mujeres en una comisión, sino para atraer su atención con un grupo de iguales y después hacerles la invitación para que se integran al Consejo y ha funcionado”, apuntó.
Actualmente en Sonora de las cinco delegaciones de Canacintra, tres están presididas por mujeres y dos por hombres, una participación que también se ve reflejada en otras partes del país, pero no así en la presidencia nacional de la Cámara.
“Nosotros queremos motivar a nuevas generaciones de mujeres jóvenes que estudien carreras que tengan que ver con alguna ingeniería y se involucren en conocer qué se puede hacer con algún emprendimiento y demás, para que busquen estas áreas que se dan como en la Comisión de mujeres, del Consejo o tal vez en la Comisión de responsabilidad social o de jóvenes, no nada más a la comisión de mujeres, hay otras en las que se pueden incluir dependiendo de los gustos, a tenencia de cada quien y su emprendimiento, y ahorita si hay más presencia de mujeres, y seguimos trabajando para visibilizar dónde están estos perfiles y traerlos y enriquecerlos, también”.
La cercanía con instituciones superiores y media superior, les ha permitido observar que la matrícula en carreras técnicas o ingenierías, o simplemente que tradicionalmente han sido mayormente elegidas por hombres, ha incrementado con la población femenina.
“El reto es que se abran espacios que ahorita ya hay presencia de mujeres en distintos sectores, tanto en el minero, en el industrial, servicios a donde vas hay presencia femenino, pero necesitamos que estos perfiles sigan creciendo dentro de la misma organización”, refiriéndose a los cargos de alta dirección y toma de decisiones.
La titular de la delegación Canacintra en Hermosillo, ya ha sido reelegida tres veces para el cargo de presidenta y afirma que el compromiso siempre ha sido abrir el espacio a otras mujeres, sabiendo que que se va a trabajar con personas competentes, tanto hombres como mujeres, pues si bien hay lugares donde faltan mujeres, también hay lugares donde faltan hombres, pues se debe partir desde la premisa de que al ser todas las diferencias de todos son para enriquecer, para reconocerse y entender que se debe trabajar a pesar o bien sumando esas diferencias.
Afirmó que las aspiraciones de las personas deben ir hacia la búsqueda y la observación de las competencias y las habilidades de las personas, donde no importe el género, la nacionalidad, la edad, o la condición física, pues en ese punto se pueden tener muchas visiones y establecer metas en común.
Muchas mujeres trabajan o emprenden en la informalidad
Según algunos datos del Inegi en México, el 55% de las mujeres trabajan en la informalidad, un dato que según Álvarez Amaya es alarmante, pues la coloca en una posición de desventaja “porque las mujeres, por cuestiones culturales, “tenemos el cuidado de los hijos, el cuidado de los adultos mayores, y si todavía estamos en la informalidad pues las oportunidades se reducen de manera muy importante”, insistió.
En su experiencia como empresaria afirma que estando en la informalidad se detienen el crecimiento de esos negocios propios o familiares, aunque el iniciar no es fácil, ya que existen muchos aspectos diferentes que al principio no se conoce, tales como regulaciones o aspectos fiscales, pero el capacitarse y llevar el paso a paso hacia el establecimiento de un negocio formal trae consigo un abanico de posibilidades, que van desde la vinculación con otros empresarios, al acceso a financiamientos, establecer una estructura laboral laboral a largo plazo, entre otros beneficios, que combinados permitirán visualizar ese pequeño negocio como una gran empresa a futuro.
“Las autoridades aquí tienen que trabajar mucho en concientizar porqué si irnos a la formalidad, no en un sentido coercitivo de la sanción a los informales, a los informales tienes que atraerles y mostrarles las ventajas de porqué tienes que estar en la formalidad y cuáles son todas aquellas ventajas y oportunidades que están desperdiciando”, detalló.
Buscar que se dé una inclusión completa
Sin ver el panorama desde una perspectiva extremista, Álvarez Amaya invita a las mujeres a creer en sus capacidades, pero también a continuar capacitándose, conocer y atreverse, para lograr que se de una inclusión completa, si buscar llenar los espacios como mujeres, pero también quitarse la mentalidad de la preferencia de género, ser incluyentes y formar equipos de trabajo mixtos.
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“A veces hasta las mismas mujeres nos apartamos en ciertos grupos y malamente, somos diferentes y tenemos que aceptarnos así y trabajar juntos, ese es el principal reto al que tenemos que entrarle todos”, finalizó.
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