Mónica Berrelleza Borbón es licenciada en Educación Prescolar por la Escuela Normal del Estado de Sonora, es originaria de Hermosillo donde fue maestra interna durante dos años y un año más en Nogales; actualmente labora en San Luis Río Colorado en un ejido llamado Golfo de Santa Clara.
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Hace apenas cuatro años recibió su plaza en el municipio para trabajar en el Jardín de Niños Primero de Junio, siendo el único prescolar en el ejido con grandes cantidades de alumnos.
A pesar de estar lejos de casa, Mónica todos los días se levanta feliz por compartir momentos con sus alumnos y mostrarles todo el trabajo que preparó y así seguir avanzando en la educación.
“En educación preescolar les enseñamos a expresar emociones, conversar con pares y adultos, convivir pacíficamente con sus compañeros, escritura de su nombre, conteo oral y escrito, a ser observadores en aspectos de la naturaleza, crear hipótesis, registrar datos, participar en eventos culturales, entre muchas cosas más”, señaló.
La docente compartió que se siente satisfecha por el trabajo que realiza, sobre todo educar a los alumnos desde pequeños ya que son más nobles, cariñosos y facilita la información de los contenidos.
“Lo que más disfruto de mi trabajo es estar en el aula divirtiéndome con mis alumnos, descubriendo cosas nuevas cada día, ver como ambos (maestra y alumnos) estamos en la misma sintonía, me gusta que todos los días es algo nuevo porque cada quien comparte historias, conocimientos, inquietudes que nos hacen aprender”, mencionó.
Actualmente su grupo de conforma por 22 alumnos, 14 mujeres y 8 hombres, también considera que la asistencia diariamente es de 90%, debido a que hay casos especiales donde faltan los alumnos frecuentemente por falta de recursos y/o padres que no le dan la importancia al nivel de preescolar.
Una de las anécdotas que ha más ha marcado la vida de Mónica es haber logrado un cambio en sus alumnos y ser reconocida por los padres.
“Cuando llegué al ejido me asignaron un grupo de segundo grado, por lo que me los llevé a tercero, en esos dos años se observaron muchos cambios en los niños, incluso algunos salieron leyendo, llegado el momento de la ceremonia de clausura , hice el último pase de lista, pasaron todos los niños por su reconocimiento y cuando ya me iba al lugar donde estaba mi grupo, un papá pide el micrófono, me dijo unas palabras de agradecimiento y que estaba muy contento de que su hija hubiera cursado preescolar conmigo, todas las mamás del grupo se aparecieron detrás de él y me entregaron dos placas de agradecimiento. Me hicieron llorar”, compartió.
Alguna de las diferencias y beneficios que señala la maestra entre una escuela rural y una urbana es conocer más de cerca a las familias de los alumnos, los padres reconocen la labor docente; hay más contacto con los alumnos pues los puedes encontrar en la tienda, en el parque, playa y otros lugares.
Las familias participan en los eventos culturales y apoyan en las actividades y por otra parte en la ciudad encuentras los materiales más rápido, se hacen gestiones y hay padres que se ofrecen para hacerlo, pero también es una vida muy apresurada y el tiempo no es suficiente.
“El comportamiento de los alumnos es muy diverso, hay niños muy tímidos, participativos, tremendos, hiperactivos, atentos, empáticos que hacen que el grupo funcione tomando cada quien un rol; ellos se van conociendo y se van identificando con las diversas personalidades, de manera que al realizar actividades en equipo ellos eligen con quien trabajar”, explicó.
Por medio de WhatsApp mantiene comunicación con los padres para mandar la guía de actividades de la semana y los padres mandan las evidencias con fotografías, videos, audios. También señaló que se ha enviado una propuesta al gobierno para TV Educativa y seguir apoyando a los pequeños con las dudas que queden en clases.
“Los más difícil de trabajar en zona rural es tener que trasladarte a la ciudad, San Luis Río Colorado, que está a una hora del ejido para buscar materiales necesarios, además del servicio médico, también adecuarse al contexto”, añadió.
Mónica agradece a los padres de familia por su participación en los eventos, por cumplir con las tareas, por cumplir en los festivales deportivos, culturales, kermeses, entre otros.
“Trabajar en una zona rural saca lo mejor de ti, hago una invitación a todos los maestros de vivir esta experiencia ya que extrañar, carecer de cosas, hacen que saques lo mejor de ti y puedas ponerlo en práctica con tus alumnos”, finalizó.