Hay personas que conocen las historias de sus pueblos y regiones, pero son pocos los que conocen los verdaderos inicios y el origen de sus tierras y raza, como en el caso del Cerro de Trincheras, vestigios de civilización más importantes de Sonora.
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Eran finales del siglo XVII cuando los primeros españoles en llegar a la zona, avistaron un cerro que tenía construcciones que compararon con una trinchera, en referencia a estrategias militares.
Elisa Villalpando, arqueóloga del INAH, señaló que la importancia de este sitio arqueológico es que se trata de uno de los centros regionales que concentró a una mayor cantidad de población antes de la llegada de los españoles a territorio sonorense.
Este sitio prehispánico tiene vestigios de que los últimos habitantes de la zona la dejaron entre 1450 y 1470, en pleno siglo XV, lugar que por los estudios de radiocarbón se calcula que solamente vivieron en auge durante 150 años, es decir, su civilización data del siglo XIV.
"El cerro de Trincheras fue el centro regional de lo que los arqueólogos conocemos como la tradición Trincheras, que es un área que abarca desde la costa hasta los valles de Magdalena, Altar, Concepción, hasta un poquito más al norte de la frontera internacional y hasta un área que limita con el territorio de los ancestros de los seris", expuso.
El cerro de Trincheras, ubicado en el Valle de Magdalena, se considera como la capital de las aldeas que hubo en los siglos previos a la llegada de los españoles, que se conoce arqueológicamente como Costa Central. Concentraba más de 900 construcciones y se estima que en su punto máximo llegaron a tener una población de entre mil y 2 mil personas.
Diferencias con otras civilizaciones
La arqueóloga detalló que, a diferencia de otras civilizaciones, no fue un pueblo que se asentó en territorio plano, sino que utilizaron las laderas de un cerro volcánico visible en todo el valle, donde construyeron terrazas con las piedras del cerro.
Una de las ventajas de vivir en las laderas de los cerros es que podían aprovechar los escurrimientos de las lluvias para regar sus cultivos, que se encontraban en la parte baja, manifestó, lo cual aunado al cauce del río y las obras de infraestructura de canales, ayudaban a la siembra. Pero la principal razón de asentamientos altos, era por un dominio visual de la zona.
"Inicialmente puede que hayan empezado a construir en las cimas de otros cerros, antes que el de Trincheras con un propósito ceremonial, propiciatorio, más de carácter ritual, pero en el cerro de Trincheras se conjuga ya todo; es decir hay rituales, cosas ceremoniales, áreas de habitación de la gente, de almacenamiento, de trabajo, como en toda la estructura de un pueblo, pero sobre un cerro", subrayó la especialista.
¿Quiénes fueron?
La experta en la materia mencionó que estrictamente en el sentido de la palabra, no se conoce de algún descendiente de los habitantes de esta zona, pues sería algo difícil y no existe después de siglos algo que los relacione.
Sin embargo, señaló que lo que sí se sabe es que es el área que históricamente correspondía a los nativos o'odham, hoy conocidos como pápagos, tohono o'odham, entre otras etnias, aunque esto no precisamente los hace descendientes de esos primeros habitantes.
Estudios e importancia actual
Como ya se mencionó, esta zona se conoce desde finales del siglo XVII, pero a finales del XIX y principios del XX empezaban a aparecer algunas referencias sobre el sitio.
Sin embargo, no fue hasta el año de 1991 cuando se inició formal y sistemáticamente con una investigación antropológica, con una metodología y mediante un proyecto.
"En el 95 y 96 fue la primera vez que se excavó el cerro con un proyecto binacional, con financiamiento de National Science Foundation que estuvo manejado por el doctor McGuire y por mí, con un grupo binacional también de arqueólogos y estudiantes de arqueología de ambos países", expuso
Hasta 2006 se decidió que este lugar podría ser abierto para visitas públicas y a partir de ahí se trabajó en la infraestructura para dar una mejor experiencia a los turistas, todo acondicionado y construido con base a investigaciones para no afectar el valor histórico del sitio.
Desde 2011 se abrió al público está zona arqueológica, pero debido a la contingencia por el Covid-19 está cerrado, pero se dan recorridos virtuales a través de la página de Facebook del INAH Sonora.