Como muchas de las historias de amor, esta comenzó como una amistad, la cual parecía no parecía tener un futuro prometedor para estos dos compañeros de trabajo, el único lugar donde podrían convivir.
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Natalia y Julián solo lograban verse durante esas ocho horas que duraba la jornada, ambos sin mirarse, sin hablar y sin una pizca de afecto que sembrara una semilla para lo que el tiempo tenía preparado para ambos.
Después de meses de compartir esa vieja oficina, llegó una reunión a la que asistiría el resto de los compañeros. Esta fiesta sería en celebración de una de las chicas que trabajaban en el lugar y era amiga de Julián, por lo que no podía faltar.
Una vez en la reunión, se dio ese primer acercamiento para cosechar una bella amistad, misma que se reforzaba con el pasar el tiempo, hasta el punto de pasar las primeras seis horas juntos diariamente.
Con el tiempo, esta amistad continuó avanzando de manera desenfrenada y al cabo de ocho meses sucede el primer beso, el cual convenció a ambos de que lo que sentían iba más allá de esa amistad tan forzada que intentaban llevar.
Después de ese beso, las cosas comenzaron a cambiar, por lo que Julián se sucumbió en un mar de dudas donde sentía hundirse siempre un poco más, por lo que decidió hablar con Natalia.
Una conversación que duró poco más de una hora, Natalia reveló algo que Julián nunca esperó, ella reconoció tener una pareja, a quien era imposible dejar.
Lo anterior destrozó a Julián, pero no todo estaba perdido, pues la amistad que tenían jamás cambió, volviéndose completamente en un secreto, el cual juraron jamás revelar a nadie porque ¿quién podría pensar que un sentimiento tan sincero sería algo malo?, esa pregunta rondaba a todo momento en la cabeza de Julián, quien sentía enamorarse cada día un poco más de aquella chica.
¿Quién era el malo? Julián por estar en medio de esta relación que para todo el mundo parecía ser perfecta, ¿la mala era Natalia?, quien era feliz estando al lado de Julián, quien la entendía y escuchaba como nadie más lo hacía.
El secreto siguió y ellos de verdad estaban convencidos que eran lo que deseaban, pero mientras el novio de Natalia podía abrazarla y besarla libremente, Julián se limitaba a escasos momentos para poder hacerlo.
Aquello se mantuvo durante mucho tiempo, hasta que llegó un momento que ninguno de los dos se esperaba, la llegada de un bebé que cambiaría sus caminos, pues no había duda alguna que era del novio de Natalia, a pesar de pasar más tiempo con Julián, quien se quedó consternado ante este acontecimiento.
¿El final de una etapa o el final de una relación con el amor de sus vidas? La pregunta más difícil para los dos, quienes se separaron para jamás volver a estar juntos.
Al igual que al principio, ambos compartían la misma vieja oficina que vio nacer lo que para ambos fue la mejor relación que pudieron haber tenido, pasaron a ser los mismos desconocidos que eran al inicio de esta historia.