Sorprendidos quienes conducían su automóvil las veían felices en su bicicleta, pero… ¿acaso iban por la banqueta?, ¿sobre la acera?
El pasado domingo se conmemoró el Día de nuestro lábaro patrio y un grupo de entusiastas mujeres de diferentes edades: una niña, jóvenes y adultas decidieron enarbolar la bandera pero no sólo la tricolor, sino la de la libertad y la independencia que brinda la bicicleta; después de todo, ya lo decía Susan B. Anthony (1896) considerada una de las más importantes feministas, luchadora por los derechos de la mujer y el derecho del voto femenino en el siglo XIX en Estados Unidos: “La bicicleta ha hecho más por la emancipación de la mujer que cualquier otra cosa en el mundo”.
Si bien, la invitación corrió desde las redes sociales del Colectivo Mujeres en Bici Hmo, la iniciativa surgió desde la petición de una de ellas que, después de un tiempo de no utilizar la bicicleta, decidió que era ya tiempo de desempolvarla y tomar ánimo para salir a las calles, pidiendo así un paseo de acompañamiento antes de decidirse a salir de nuevo sola por lo que, una vez más, se comprueban los estudios que nos llevan a la teoría de que las mujeres somos más propensas que los hombres a salir a “rodar” buscando siempre la mayor seguridad posible.
Así que, la cita fue en la ciclovía; qué mejor lugar para tomar de nuevo confianza y seguridad que el único espacio confinado con que cuenta la ciudad de Hermosillo, Sonora. La ciclovía, consta de 1.4 kms aproximadamente, tanto en el trayecto de ida como en el de regreso, sobre el recientemente habilitado bulevar Quintero Arce, justo entre el bulevar L.D.Colosio y Paseo Río Sonora; sin embargo son aún pocas las personas que conocen dicha rúa o la finalidad para la cual fue construida. Porque no, ellas no iban por la acera (exclusiva para peatones), tampoco van por el pavimentado camino para el otrora rey de la transportación: el automóvil; el grupo de mujeres en bicicleta tomó, con todo el derecho que les otorga el ser usuarias de bicicleta, el espacio color verde, ese que está separado por un pequeño camellón de los autos, pero también totalmente demarcado de la acera peatonal.
La ciclovía que a todas voces (o a todas ruedas) grita y grita fuerte “claro que se puede compartir las calles de la ciudad… con respeto cabemos todos… todos los vehículos”, como en esta ocasión así lo demostraron las bicicletas y quienes les conducían que con sus distintivas camisetas rosas ¡pintaron la ciclovía con su particular alegría!
“Un paseo muy agradable y muy seguro por la ciclovía, excelente que sigan llenando la ciudad de vialidades para ciclistas”, Ana Lilia Angulo participante de la Rodada.
·Coordinadora de Mujeres en Bici Hmo