A su paso por Sonora, el presidente Andrés Manuel López Obrador realizó una visita histórica al pueblo de Vícam, hogar de la tribu yaqui y último destino de su gira de trabajo por la entidad.
ACCEDE A NUESTRA EDICIÓN DIGITAL EN UN SOLO LUGAR Y DESDE CUALQUIER DISPOSITIVO ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!
Sobre las arenas del pueblo se reflejaba el abrazador calor veraniego, donde ni un solo ápice de sombra podía verse en los alrededores, sin embargo numerosos sombreros de paja se abarrotaban en el perímetro establecido por las cercas de seguridad.
En su discurso, el mandatario señaló que el gobierno federal ha adquirido una deuda histórica con los pueblos originarios, misma que es pertinente enmendar, por ello reafirmó que su gobierno no es sólo de palabras.
Los pobladores miraban con atención y seriedad a la ramada en la que el mandatario se había reunido con los gobernantes de los Ocho Pueblos de la Nación Yaqui, a pesar de que estaba tan retirada que la figura del mandatario apenas y era distinguible.
“Estamos muy contentos porque vino el Presidente”, señaló un hombre mayor de rostro arrugado, vestido de camisa larga y pantalón formal, “ya era hora que un presidente nos pusiera atención, que nos oyera”.
Durante su intervención con los representantes populares, el titular del Poder Ejecutivo federal firmó un decreto para crear una comisión de autoridades indígenas y gubernamentales que trabajarán en la creación del Plan de Justicia para la etnia.
Este documento engloba la cobertura de una serie de peticiones que por muchos años la tribu ha demandado a los presidentes en turno, tales como agua potable, tierra y desarrollo social en sus comunidades.
Simultáneamente, un grupo de la comunidad yaqui realizaba un bloqueo en la carretera 15 a la altura precisamente de Vícam. Según las palabras de los hombres y mujeres parapetados en la cinta asfáltica, no se retirarían hasta que AMLO concediera sus peticiones.
Durante su intervención, el Presidente no hizo referencia alguna a este percance y prosiguió con su mensaje de hermandad y atención para con los pueblos indígenas, ante la multitud de sombreros de paja delante de sí.
Al terminar, López Obrador concluyó indicando que ningún gobierno antes se había preocupado tan enfáticamente por el desarrollo y bienestar de los pueblos indígenas, mientras los pobladores de Vícam continuaban mirando.