Los recuerdos inundan los corazones de aquellos que presenciaron la tragedia, aquella que marcó la vida de los hermosillenses, de los mexicanos, de todo el mundo.
Han pasado 10 años del incendio de la Guardería ABC en Hermosillo, Sonora. Familiares, amigos, conocidos se reúnen año con año para pedir justicia por los pequeños ángeles que partieron al cielo injustamente.
Gritos de dolor, sufrimiento y coraje recorrían las calles de la colonia Y Griega, mientras el cielo se tornaba color negro con una gran columna el humo.
Los padres corrían de lado a lado para encontrar a sus hijos, sus lágrimas lograban traspasar cualquier barrera ante el siniestro, las oraciones se elevaban rápidamente al cielo rogando a Dios ver de nuevo la sonrisa de sus niños.
Un evento en el cual participaron muchas personas que no deseaban estar ahí, familiares, amigos, vecinos, medios de comunicación.
Tras haber hecho la cobertura del incidente, compañeros de los medios de comunicación, quienes difundieron de manera inmediata información para ayudar a los padres a encontrar a sus hijos, compartieron su experiencia al participar de manera indirecta en el acontecimiento.
Recuerdos que quedaron impregnados en el pensamiento, alma y corazón.
Ericka Velázquez, reportera de la ya desaparecida Radio Capital, compartió su sentir al haber participado en el incendio y ser de los primeros reporteros que llegaron al lugar. “No puedo decir “ABC” sin que no venga a mí el recuerdo de las imágenes que me tocó ver, las escenas que me tocó presenciar, sino te viene a ti el recuerdo de la carne quemada, humo, ambiente tóxico… eso es lo que es para mí ABC”.
Mauro López era reportero gráfico del informativo Entre Todos. “A mí me tocó cubrir de ese hecho en diferentes puntos, me tocó ir a hospitales y a todos los lugares donde llevaban a los niños para rescatarlos, veía los pickups donde los transportaban, se subían a los camellones, banquetas y llegaban sin llantas a los hospitales”.
Marco Antonio Piña, reportero de Televisa Hermosillo, se encontraba cubriendo el secuestro de un taxista, cuando realizaba un enlace, el camarógrafo se percató que había una columna de humo al sur de la ciudad, “Acompañado del camarógrafo empezamos a ubicar el sitio donde estaban los niños, algunos ya fallecidos, no grabábamos los cuerpos pero sí la información que pudiera ayudar a ubicar a los padres de familia en donde se encontraban sus hijos”.