La creación de cruces es uno de los pasatiempos favoritos de Gerardo Sayas, quien comenzó con esta actividad a principios de este año, cuando se jubiló de su trabajo por razones de salud. Al pensar en las horas libres que tenía, decidió hacer algo para ocupar su tiempo.
Inició con su negocio de macetas, pero al tiempo se le ocurrió hacer cruces de distintos colores y tamaños con materiales reciclados como madera, piedra, vidrio, metal, entre otros.
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“No sé por qué motivo me brinqué a hacer cruces. Hice la primera y me gustó, y de ahí comencé a hacerlas. Entonces, esto se convirtió en la casa de las cruces, lo cual me da una satisfacción muy grande. Cuando yo hago una pieza nueva me gusta mucho, he hecho muchas diferentes y uso material reciclado en gran mayoría”, mencionó Don Gerardo.
Son alrededor de 10 horas diarias las que invierte en su trabajo manual y el tiempo aproximado para hacer una cruz grande es de dos días. Actualmente, ha fabricado 200 piezas de distintos estilos y espera que en un año sean 600.
La elaboración de cada una es distinta. De acuerdo al tamaño, se inicia desde que escoge la madera, la corta, hace los bocados, da un tiempo determinado para que seque, la pinta y le da un acabado con los materiales decorativos.
“Cuando yo empecé no tenía nada, estaba en ceros de equipo. Si había que cortar un pedazo de madera lo hacía con un serrucho y me daba mucho trabajo, me dolía el hombro, ahora tengo una cortadora, poco a poco me he hecho de equipo para facilitarme el trabajo”, señaló.
Cuenta con un archivo digital donde guarda información sobre medidas, estilos y materiales que utiliza para cada trabajo para replicarlos. La cruz más grande que ha hecho es con durmiente de ferrocarril (nombre de la madera que se usa para las vías del tren) con las medidas exactas de la cruz en la que fue crucificado Jesucristo.
“No es tanto que aquí tenga crucifijos, pero bueno, la cruz es un símbolo de la Iglesia Católica, es donde se crucificó a Jesús, hay gente que tiene colecciones grandes de cruces, entonces me llamó la atención para hacerlas y venderlas”, explicó.
El estilo más buscado por la gente es la cruz rústica con madera envejecida, decorado con metal oxidado, cadena, chatarra. Pero también a don Gerardo le gusta trabajar con piedra, conchas de mar y remaches con lo que hizo su primera cruz, que asegura, la llevará con él hasta el día de su muerte.
“Es una curiosidad, no sabía que yo tenía estas habilidades; por ejemplo, cuando empiezo una cruz no sé cómo será, sobre la marcha la voy haciendo y si no me gusta la deshago y la vuelvo a empezar. Es muy satisfactorio crear, empiezas de un pedazo de madera y lo comienzo a trabajar como un adorno que puede estar hasta en la sala de tu casa”, dijo.
Gerardo Sayas considera que cada pieza es importante, ya que siempre recuerda el momento cuando las hizo; son únicas y diferentes porque las hace a mano y cada una tiene un valor grande porque le dejan una satisfacción por hacer algo que le gusta.
“Me puse a hacer esto y me di cuenta que me alimentaba mucho más que otras cosas, a veces que mi trabajo de este momento es más pesado que el anterior, pero como lo hago con gusto porque es algo que me da una satisfacción enorme pues no lo siento, lo que le recomiendo a la gente mayor es que si encuentran algo que hacer no van a sentir el paso de las horas o el cansancio”, concluyó.