Ante la falta de oportunidades en la Universidad de Sonora (Unison), Jesús Enrique, estudiante sordo de la Licenciatura en Lingüística compartió su molestia al no recibir apoyo para contar con un intérprete en el salón de clases.
“Siento un poco de lástima porque la Universidad de Sonora aún está cerrada en cuestiones de discapacidades, por ejemplo, para otros sí hay apoyo pero para las personas sordas no hay, necesitamos como sordos un intérprete para que pueda pasarnos la información del español a la lengua de señas”, manifestó Enrique.
Hace apenas unos años se implementó la Ley Brandon en Sonora, un apoyo económico por parte del Gobierno para que las personas sordas puedan pagar un intérprete y facilitar su educación en el nivel superior y media superior.
“Tarda mucho tiempo en llegar y es muy poco, yo tenía pensado juntar los dos apoyos para pagar al intérprete porque es un trabajo como cualquiera, la ley estatal en Sonora dice que en cualquier lugar público o privado debe de haber un intérprete”, detalló.
Actualmente en la Unison hay tres casos con discapacidad auditiva en distintas carreras: Artes, Historia y Lingüística.
El coordinador de la carrera apoyó al alumno y buscó instituciones para conseguir el pago para el intérprete, ya que el apoyo económico de la Ley Brandon tarda hasta 2 meses en llegar y se paga cada semestre.
“Rectoría debería prever estos casos, debe de pagar o al menos dar una beca, ya que dentro de la universidad se maneja publicidad con información inclusiva, hay apoyo para personas ciegas, discapacidad motriz, pero para los sordos ¿cuál es el apoyo dentro de la institución?”, señaló.
Es importante difundir lo que pasa dentro y fuera de cualquier institución, lo que se hace para apoyar a las personas sordas, la sensibilidad y difusión en redes sociales sobre la discapacidad, así como también motivarlos para hacer cosas distintas y exigir sus derechos.
“No se puede quitar el intérprete a la persona sorda porque no va a entender el contenido de la información, cómo va a participar si no entiende y si el maestro no sabe señas, se necesita el intérprete para poderse expresarse, esa es su función”, opinó.
La necesidad de exigir su derecho orilló a Enrique a hablar por el resto de sus compañeros para poder continuar con sus estudios.
“Se ha anunciado en toda la publicidad de la Universidad que es inclusiva y estoy en desacuerdo, en engañar en ese sentido, mandé una carta al rector y no se ha hecho nada, es mi derecho y me siento muy triste”, compartió.
Para finalizar, expresó que se debería acabar con la barreras que existen en la educación y en lo laboral, que las empresas públicas y privadas incluyan intérpretes y que haya sensibilidad para tener más oportunidades.