La creciente popularidad del Bufo Al- varius o sapo del desierto de Sonora en las últimas semanas ha dividido las opiniones sobre su consumo cada vez más frecuente. Los rituales más famosos son los que se hacen en las playas del Mar de Cortés, frente a la Isla del Tiburón, en la comunidad de Punta Chueca, donde aún los Comcáac utilizan su lengua madre, llamada Quimique itom.
Aunque los historiadores y estudiosos de las costumbres étnicas de la región no han establecido la ceremonia donde se fuma el sapo pertenezca a un ritual Seri; sin embargo, tampoco descartan que haya sido utilizada con fines curativos por los ancestros.
El chamán Fernando Barnett, conocido como “El Tigre”, Xaazoj en Comcáac, nieto de Francisco Barnett, uno de los sanadores más famosos en México, condecorado en 2017 por la Presidencia de la República, aseguró que el veneno extraído del sapo, más que una moda es un ritual serio y entre cantos de sanación y curación, él y su familia han podido ayudar a cientos de personas en distintas partes de México.
“A los 17 años lo probé por primera vez, a mí me prepararon y me dieron la medicina; cuando estuve en el trance busqué las estrellas, porque me dieron de noche y según yo me dejaron en el monte, pero me estuvieron cuidando toda la noche, creía que estaba solo, escuchaba pasos, al principio me asusté, después solté el miedo, sentí y siento mucha paz desde entonces”.
Ataviado con una camisa blanca y pantalón rojo, con motivos étnicos seris, Xaazoj se prepara para iniciar una ceremonia, toma su tiempo para poder transmitir a través de la resonancia de su voz, con sus cantos sagrados la curación y tranquilidad los conocimientos que también le ha enseñado su padre, Raymundo Barnett, el guardián de la ceremonia Seri para la medicina sagrada.
La gente, señala, lo ve como una droga, como algo malo, pero la verdad tienen que probarla para poder saber qué se siente, aunque lo explique ahorita muchas veces no lo van a en- tender porque tienen que vivirlo”, detalló.
“Hacerlo en un ritual es lo que hace que la medicina sea tan efectiva como lo es ahorita, por eso es popular y la gente la busca; pero hacerlo de modo recreativo, con música electrónica o en grupo no funciona igual, por eso reto a los facilitadores y les digo que hacerlo con chamán a hacerlo fuera de la ceremonia y les aseguro que no funciona, no es igual, no va a curar adicciones ni otras enfermedades”, aseguró.
"Nosotros durante la ceremonia del Otac", explicó, “oramos y tenemos la intención de ayudarlos, tenemos canciones de sanación, de purificación del alma, canciones que te lim- pian”. En pueblo Comcáac existe el mito en donde Cuacöj Cuasol, un hombre amarillo, es primer habitante del desierto que dio a los ha- bitantes de la zona desértica de Sonora el conocimiento de la tierra por medio de sus cantos y sus rezos, de ahí que en los rituales sagrados interpreten un canto antiguo llamado el “Rezo del Sapo” y guían y cuidan a quien participa.
La ceremonia inicia con una oración, se acompaña con el sonido de los cuencos y maracas. Una vez que la secreción del sapo ha si- do secado, los Comcáac metilan la triptamina que extraen, es decir el 5-MeO-DMT, en una pequeña pipa de cristal, desde antes de la primera inhalación inician los cantos, su intención es curar y sanar, no sólo el cuerpo, sino también el alma de las personas, por ello utilizan elementos como las plumas de aves endémicas del desierto, de su nación.
El joven chamán señala que el efecto dura entre 5 y 15 minutos y que todo depende de la persona, “te abre la conciencia y te das cuenta de mu- cha gente necesitaba vivir la experiencia y sanar, es un ritual individual, es algo muy sagrado”.
“Cada cabeza es un universo y todos tenemos procesos muy distintos, no es algo que se hace de forma grupal, es algo que tiene que ser individual, es algo muy sagrado, es una medicina que está sanando a muchas personas”, narra.