Rodeada de niñas y niños que al verla llegar se emocionaron y corrieron a saludarla, la gobernadora Claudia Pavlovich Arellano recorrió la Casa Esperanza para Niños IAP, ubicada en las inmediaciones de San Pedro El Saucito; ahí se percató de la atención que les brindan al resguardarlos; la alimentación y educación que reciben.
La gobernadora Pavlovich habló con cada niña y niño que se le acercó, les preguntó sus nombres, y tomada de sus manos conoció este lugar donde día a día aprenden y conviven sanamente.
Por su parte, Joel David Fernández Gámez, director de esta Institución de Asistencia Privada (IAP), informó que tienen capacidad para 36 niñas y niños, enviados por la Procuraduría de Protección de las Niñas, Niños, y Adolescentes del Estado de Sonora, para su cuidado.
Fernández Gámez mostró a la gobernadora Pavlovich cada rincón de Casa Esperanza para Niños IAP, donde las niñas y niños se desenvuelven en un ambiente familiar.
“Ella se enamoró de los niños, ellos van y se le enciman y le muestran cariño y la quieren, ella vino y le encantó el lugar, no lo conocía, le encantó este lugar, hemos trabajado duro, y nos motiva mucho que se interese en nosotros”, expresó el Director.
Edna Grijalva Rivera, fundadora de Casa Esperanza para Niños, destacó que en este lugar se les brinda una nueva oportunidad a los menores que atraviesan por dificultades y se les ofrece un ambiente de amabilidad, aceptación y convivencia.
“Estos niños necesitan de una oportunidad, hay muchos niños que viven bajo circunstancias pues muy limitadas, ellos necesitan ver que hay otra vida, que hay otra manera, que hay educación, y hacerles ver que sean exitosos, ya tenemos una generación de muchachas que son universitarias”, apuntó.
Casa Esperanza para Niños IAP es una institución no lucrativa, fundada en 1999 con el propósito de proveer una atmósfera de protección, nutrición, educación y amor a los niños que de alguna manera no pueden contar con un ambiente estable y familiar para su desarrollo; el objetivo es formarlos para un futuro saludable, espiritualmente íntegro y de excelencia.