/ domingo 21 de octubre de 2018

Azota a curas la violencia; asesinaron a 27 en seis años

Señalan a grupos de delincuentes como los principales responsables de las agresiones

El clero en México sufre la peor ola de violencia en los últimos años luego de registrar el asesinato de 26 sacerdotes y tres más que permanecen desaparecidos en los últimos seis años, de acuerdo con el recuento realizado por el Centro Católico Multimedial (CCM); se señala a grupos delincuenciales como los principales responsables de las agresiones.

De acuerdo con el Centro (que contabiliza los asesinatos de sacerdotes ocurridos desde 1990), el anterior récord de 17 homicidios se había registrado en el periodo de 2006 a 2012.

Los casos más recientes de ataques contra curas católicos se dieron la semana pasada, comenzando el 15 de octubre con el hallazgo del cuerpo de Ícmar Arturo Orta, quien se desempeñaba como párroco de la iglesia San Luís Rey de Francia, de la ciudad de Tijuana, Baja California.

No pasó mucho tiempo para el siguiente caso: el 17 de octubre, Enrique Madrid Hernández, párroco de la capilla de Zumpahuacá, Estado de México, salió de Texcaltitlán, sin que hasta el momento se conozca su paradero.

Según el CCM, esta ola de violencia contra los sacerdotes queda enmarcada dentro de la situación de inseguridad que vive el país, y aunque no hay casos documentados sobre ataques contra religiosos por oponerse directamente a grupos delictivos, sí los hay por su labor pastoral.

También destaca que en varios casos había antecedentes de extorsiones en contra de parroquias, para que tiempo después el párroco fuera presuntamente víctima del crimen organizado.

ANTECEDENTES

La violencia contra los sacerdotes ha tenido capítulos mediáticos en los últimos seis años. Uno ocurrió en septiembre de 2016, con José Alfredo López Guillén; la misma semana de su desaparición, otros dos sacerdotes (Alejo Nabor Jiménez Juárez y José Alfredo Juárez de la Cruz) desaparecieron, pero el caso de López Guillén tomó relevancia debido a que se difundió un video donde presuntamente estaba en un hotel con un menor , lo cual fue finalmente desmentido. Al tiempo se encontró su cuerpo y el de sus colegas.

Aunque la Conferencia del Episcopado Mexicano pide castigo a los criminales, no todos sus integrantes están de acuerdo, como el obispo de Chilapa-Chilpancingo, Salvador Rangel, quien dice que lo mejor es pactar una tregua con el crimen organizado, para evitar los homicidios.

El clero en México sufre la peor ola de violencia en los últimos años luego de registrar el asesinato de 26 sacerdotes y tres más que permanecen desaparecidos en los últimos seis años, de acuerdo con el recuento realizado por el Centro Católico Multimedial (CCM); se señala a grupos delincuenciales como los principales responsables de las agresiones.

De acuerdo con el Centro (que contabiliza los asesinatos de sacerdotes ocurridos desde 1990), el anterior récord de 17 homicidios se había registrado en el periodo de 2006 a 2012.

Los casos más recientes de ataques contra curas católicos se dieron la semana pasada, comenzando el 15 de octubre con el hallazgo del cuerpo de Ícmar Arturo Orta, quien se desempeñaba como párroco de la iglesia San Luís Rey de Francia, de la ciudad de Tijuana, Baja California.

No pasó mucho tiempo para el siguiente caso: el 17 de octubre, Enrique Madrid Hernández, párroco de la capilla de Zumpahuacá, Estado de México, salió de Texcaltitlán, sin que hasta el momento se conozca su paradero.

Según el CCM, esta ola de violencia contra los sacerdotes queda enmarcada dentro de la situación de inseguridad que vive el país, y aunque no hay casos documentados sobre ataques contra religiosos por oponerse directamente a grupos delictivos, sí los hay por su labor pastoral.

También destaca que en varios casos había antecedentes de extorsiones en contra de parroquias, para que tiempo después el párroco fuera presuntamente víctima del crimen organizado.

ANTECEDENTES

La violencia contra los sacerdotes ha tenido capítulos mediáticos en los últimos seis años. Uno ocurrió en septiembre de 2016, con José Alfredo López Guillén; la misma semana de su desaparición, otros dos sacerdotes (Alejo Nabor Jiménez Juárez y José Alfredo Juárez de la Cruz) desaparecieron, pero el caso de López Guillén tomó relevancia debido a que se difundió un video donde presuntamente estaba en un hotel con un menor , lo cual fue finalmente desmentido. Al tiempo se encontró su cuerpo y el de sus colegas.

Aunque la Conferencia del Episcopado Mexicano pide castigo a los criminales, no todos sus integrantes están de acuerdo, como el obispo de Chilapa-Chilpancingo, Salvador Rangel, quien dice que lo mejor es pactar una tregua con el crimen organizado, para evitar los homicidios.

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