Nació varón, pero es una niñadesde los dos años. En 2015 se convirtió en la persona más jovenen la Ciudad de México en obtener su acta por reasignaciónsexogenérica.
Su madre cuenta ahora el proceso quevivieron ella y su esposo cuando un día se escondió en la casaporque vestía la falda de la hermana.
“La vi y la regañé muy fuerte yllorando me dijo mamá yo se que nací niño, pero soy niña pordentro! “En ese momento mi esposo y yo nos dimos a la tarea debuscar apoyo e información para nosotros, no para ella, lo únicoque siempre quisimos es tener un hijo o una hija feliz, sea quienfuera”.
Recuerda que la menor ahora de nueve años, enfrentóproblemas de bullying, pero no por parte de sus compañeros, sinode la directora y de la maestra de la escuela. Tenía cuatro añoscuando empezó “con estos comportamientos como mucho másmarcados, ni siquiera había transicionado socialmente. La que ahíhacía el bullying era la maestra, llegó un momento en que ya noquería ir a la escuela, pero nunca por parte de suscompañeros”.
Se detiene en este punto paracomentar que los niños nunca tienen problema con sus semejantes,no así los adultos debido a los prejuicios tan arraigados detantos años, aunque no es culpa de nosotros, sino de la educaciónde generaciones que lo único que enseñaron fue que una niña debecomportarse y vestirse de tal manera y un niño de talotra.
Por ello, explicó la importancia deser humildes y aceptar que muchas verdades no son ciertas, que hayque desaprender lo aprendido y cuando sobrepasas eso, laaceptación de la sociedad, de tu familia extensa, es mucho másfácil.
El niño se identificaba conpersonajes femeninos
La joven mamá que pidió omitir susnombres por obvias razones, todavía recuerda el día en que lasexóloga les indicó que se trataba de una situación de identidadde género.
“Mi esposo y yo salimos delconsultorio y lo primero que yo le pregunté estás de acuerdo conesto, vamos a acompañar a nuestra hija en este camino, vamos aapoyarla y si no dime de una vez y aquí nos separamos, porquedebemos estar conscientes de que tenemos que hacer un súper equipoy estar unidos porque se nos venían desafíos fuertes, tiemposdifíciles, pero sobre todo por la falta de información yeducación en el tema”, expresó.
Son de esas pruebas que te pone eldestino para realmente ver si es la persona correcta y que te ponea prueba todo lo que te propusiste cuando diste el sí a esapersona. Más aún cuando desafortunadamente no existe tantainformación y hay tantos tabús entre la gente.
En mi caso, refiere, “mi hijadesde poco antes de los 2 años empezó a manifestar estoscomportamientos atípicos de género. Que quiere decir, que comoniño se inclinaba por los juguetes asignados típicamente a lasniñas, colores favoritos rosa, morado, pero lo más importante esque siempre se identificaba con personajes femeninos en caricaturasy películas”.
Al igual que muchos papás y mamáscon niños trans o LGBI, la entrevistada citó que primero es laetapa de la confusión, donde se preguntan qué es lo ocurre cuandoposiblemente se tiene la certeza de lo que pasa, para continuar enla negación, de decir no puede ser esto, no puede ser que mi hijasea una persona trans.
Estos prejuicios derivados, muchasveces de notas “amarillistas”, cuando como padres, lo únicoque quieres es que tu hijo o hija cuando sea mayor no sea víctimade violencia. Ya en la etapa de aceptación o información, te dascuenta de que no “estábamos perdiendo a nuestro hijo, lapersonita seguía viva, no se ha muerto”, aseveró.
“Todas esas expectativas quehabía hecho en mi mente desde el día uno que me dijeron queestaba embarazada y que iba a tener un niño, entre comillas, sevienen abajo y tienes que repensarlas”.