Los diputados federales avanzaron en la instrumentación del Sistema de Evaluación que los obligará a transparentar los resultados de su desempeño en tribuna y comisiones, y que surge de la reforma electoral que establece que los próximos legisladores podrán ser reelectos. El Senado ni siquiera analizó un proyecto sobre el tema.
Sin embargo, diputados de oposición y especialistas en el tema criticaron la conformación del órgano regulador de este sistema porque no permite una evaluación externa, crea más burocracia y son los propios diputados y funcionarios de San Lázaro quienes controlan la medición.
Khemvirg Puente, especialista en transparencia y rendición de cuentas del Poder Legislativo, alertó que “autoevaluarse no es lo más recomendable porque se puede caer en un conflicto de interés”.
De acuerdo con el reglamento publicado ayer en el Diario Oficial de la Federación, los diputados serán juez y parte en el diseño de su evaluación y la publicidad de los resultados.
El Consejo Coordinador del Sistema de Evaluación de Diputados estará encabezado por el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, un legislador de cada partido y un representante de los diputados independientes.
También lo conformarán servidores públicos de la Cámara de Diputados, como el Secretario General, quien tiene que ver con el manejo de recursos financieros; el secretario de Servicios Parlamentarios, quien fungirá como Secretario Técnico y el titular de la Unidad de Transparencia.
El reglamento plantea que pueden participar hasta cinco representantes de organizaciones de la sociedad civil y del sector productivo, pero queda a discrecionalidad su elección.
“El riesgo de que no opere es alto porque en la medida que le pones restricciones a la autonomía de su desempeño es difícil que epoda funcionar, es decir, seguirán dependiendo de la estructura del propio órgano legislativo”, advirtió Puente.
Para el actual vicepresidente de la Mesa Directiva, Arturo Santana Alfaro, “la intención es buena, pero lleva un tinte demasiado burocrático que con el tiempo tendrá que eliminar ciertas propuestas. Es un buen mensaje’’.
Destacó que en el futuro habría que fusionar a todos los ordenamientos en la materia para que se conviertan en una ley sólida, que obligue a legisladores a realizar su trabajo más profesionalizado, para no llegar al Congreso “a nadar de a muertito’’.
Y es que el actual Reglamento de la Cámara de Diputados tiene por objeto normar la actividad parlamentaria, así como establecer los procedimientos internos “que hagan eficiente su estructura y funcionamiento’’. Por citar un ejemplo, son constantes los llamados al orden del presidente de la Mesa Directiva ante la falta de quórum y conducirse con respeto.
El Decreto indica que las evaluaciones deberán contener elementos que ponderen todas las actividades y encomiendas que desarrollan los legisladores en el ejercicio de su cargo, de conformidad con los derechos, prerrogativas, facultades, atribuciones y obligaciones.
Para el catedrático de la UNAM en políticas públicas, Gustavo Adolfo Pérez Rojas, el sistema involucra a mucha gente en su Consejo Coordinador, por lo que se ve complicado que este nuevo sistema “pueda salir en el corto plazo. Tal cual está estructurado es inviable’’, apuntó.
El también coordinador de marketing político de la Universidad Iberoamericana, dijo que son intentos por regular más.
Además, dijo que la deficiencia es la falta de liderazgo al interior de las bancadas parlamentarias, pues los que están ahorita son “líderes de papel’’, nadie los respeta y por eso el prestigio de la Cámara de Diputados “está por los suelos’’. Hace falta compromiso de todos los partidos políticos a la propia institución.
Por su parte, el vicepresidente de la Mesa Directiva, Arturo Santana Alfaro, aceptó que el nuevo sistema es laxo, pero tiene que ser obligatorio para profesionalizar a los futuros legisladores. Es un buen inicio y evolucionará con el tiempo, externó.
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