“No hay manera de pasar, sólo que sea con maquinaria”, dijo una funcionaria al presidente Andrés Manuel López Obrador durante su camino por carretera a Acapulco, a donde fue para supervisar los trabajos de rescate por el paso del huracán Otis.
López Obrador ordenó al general Luis Cresencio Sandoval, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y a Jorge Nuño, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) que despejen los deslaves que dejó el meteoro en la Autopista del Sol.
Al llegar aproximadamente al kilómetro 320 de la Autopista del Sol, el mandatario federal recibió un informe de los daños provocados por el huracán en dicha vía que comunica a la Ciudad de México con el Puerto de Acapulco.
Una funcionaria federal le dijo al presidente que hay tres deslaves sobre la autopista que se espera puedan ser retirados con maquinaria en 24 horas. Ante lo cual, el Presidente ordenó a los titulares de Sedena y SCT que dispongan de los recursos para limpiar la carretera.
“Vamos a dejar ya maquinara. Trae el Ejército maquinaria, Comunicaciones y Transportes, y vamos a buscar que se reabra lo más pronto posible” dijo el presidente a sus funcionarios.
De acuerdo con un comunicado del Gobierno de México la Guardia Nacional ya desplegó a sus elementos a la altura del kilómetro 360 de la Autopista del Sol, entre Chilpancingo y Acapulco, donde se registraron deslaves en en ambos sentidos, con el fin de liberar esta vía de comunicación. Asimismo, se trasladaron al kilómetro 71 donde se desbordó el río Papagayo.
Tras cambiar de vehículo, cerca de las 4:00 de la tarde, el Jeep militar en el que viajaba el Presidente quedó varado en el lodo que obstruía la autopista, por lo que tuvo que recorrer un tramo a pie junto a la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, militares y otras personas que lo acompañaban.