A lo largo de este año la variante Delta del Sars-Cov-2 se ha convertido en la dominante en varios países alrededor del mundo, incluyendo el nuestro, siendo una de las primeras en la conversación sobre las posibles mutaciones que podrían alargar la pandemia de Covid-19. Ahora es la variante conocida como “Ómicron” la que preocupa a la comunidad médica mundialmente.
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Detectada desde el 22 de noviembre por investigadores de Sudáfrica, la variante “Ómicron” se ha vuelto el foco de atención debido a la gran velocidad con la que se propaga, llegando a reemplazar a otras variantes del virus causante del Covid-19 rápidamente. Se sospecha que pronto podría ser la causa del 100% de los casos en la zona donde fue inicialmente detectado.
También conocida con el nombre científico de B.1.1.629, Ómicron presenta más de 30 mutaciones en la proteína que el virus utiliza para ingresar en las células humanas, una especie de “llave” que le permite entrar y utilizarlas para producir millones de copias de sí mismo, que a su vez repetirán el proceso en otras células.
Al igual que las variantes Delta y Alfa, otras ampliamente extendidas y conocidas, la variante Ómicron comparte de esta manera una mayor transmisibilidad entre las personas, pudiendo a su vez “burlar” las defensas del cuerpo humano.
Otro de los factores de riesgo es que la variante Ómicron, al igual que sus parientes surgidos en India y Reino Unido, es la de infectar a personas que permanecen asintomáticas durante sus periodos más contagiosos, aumentando la posibilidad de que otras personas se vean expuestas sin querer antes de que el paciente siquiera pueda saber que carga con el virus.
Ahora autoridades de salud e investigadores locales en Sudáfrica establecen si la nueva variante Omicron podría representar una amenaza mundial, como en su momento la Delta lo fue, o permanecerá como una mutación local como ocurrió con la variante Beta (B.1.351), que surgió en el mismo país y también fue considerada como un riesgo potencial. Hasta entonces varios países han establecido restricciones a los viajeros provenientes de Sudáfrica para evitar su propagación.
A través de una publicación en Twitter, el genetista Jeffrey Barret, del instituto de investigación Wellcome Sanger, advierte que nueve de las mutaciones que se habían identificado en otras variantes del coronavirus como la Gamma, Alfa y Beta, pueden encontrarse en Omicron; estas no habían sido detectadas juntas anteriormente.
Aunado a esto, entre las mutaciones señaladas por Barret están otras nunca antes vistas, cambios en la proteína de la espícula (la conocida spike protein en inglés) que podrían otorgar al virus una ventaja al momento de penetrar en las células humanas.
Actualmente Sudáfrica ha vacunado por completo a poco más de 14 millones de personas, equivalentes a un 23.6% de la población del país. En días pasados el gobierno solicitó a los proveedores de vacunas Johnson & Johnson y Pfizer retrasar la entrega de nuevos cargamentos de estos biológicos debido al bajo ritmo de vacunación en el país; autoridades de salud locales temen tener un exceso en su inventario, un contraste con otros países de la región donde la vacunación es extremadamente difícil de conseguir.