Cada año, el 12 de octubre, autoridades militares y del gobierno de España conmemoran de forma conjunta el Ceremonial en Homenaje a los Caídos, dedicado a los miembros de sus fuerzas armadas que perdieron la vida en la línea del deber. Este 2021, como dicta la tradición, se entonó la canción “La muerte no es el final”, del célebre compositor religioso Cesáreo Gabaráin, de quien se recuerdan sus canciones y sus acusaciones por pederastia.
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A pesar de las presiones de las víctimas y simpatizantes para retirar este tema de la conmemoración anual de esta fecha, este año la interpretación de esta tonada religiosa sonó fuerte aún, reavivando las controversias alrededor de la memoria de Gabaráin, sus acusaciones y sus más de 500 canciones que continúan siendo cantadas en iglesias del mundo de habla hispana.
Hace dos meses, en agosto de este año, el medio español El País sacó a la luz la primera acusación recibida por el sacerdote, presuntamente encubierta durante años por autoridades eclesiásticas españolas; fue en 1971 que Eduardo Mendoza, ex alumno de Gabaráin durante sus tiempos como capellán en el Colegio Chamberí de Hermanos Maristas de Madrid, señalaría por primera vez sus abusos en una denuncia que procedió, logró que se expulsara a Gabaráin del instituto y luego… nada.
Tras su primera expulsión Gabaráin fue trasladado a otro colegio en la misma ciudad, el colegio de San Fernando. Poco después fue nombrado prelado de Su Santidad por el mismo Juan Pablo II. Hasta el día de hoy la iglesia española, incluyendo el obispado de Madrid y el de San Sebastián afirman desconocer de qué obispo dependía, en quien recaería la responsabilidad por detener las investigaciones.
Desde entonces el compositor de “Pescador de hombres” ha sido el centro de por lo menos 17 acusaciones de pederastia por hechos ocurridos entre los años de 1959 y 1978, de las cuales ninguna procedió hasta su muerte en 1991. Ahora las víctimas buscan detener el legado de Gabaráin, el cual se ha hecho parte integral de las celebraciones religiosas y oficiales en la sociedad española, como es el caso del 12 de octubre.
Al ser cuestionados directamente sobre seguir utilizando “La muerte no es el final” como himno oficial para el Día de los Caídos, representantes de la Corona y el gobierno no han emitido respuesta hasta ahora, este martes volvió a sonar como cada año.
Mientras tanto, a través de la Conferencia Episcopal Española la iglesia ha declarado que a pesar de las acusaciones no retirarán ninguna de las composiciones de Gabaráin de las ceremonias religiosas, llamando a la distinción entre el arte y el artista para que sus obras sean valoradas por su calidad musical y no por lo que “pudiera haber dicho o hecho”.
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Como única consecuencia sufrida por el legado musical de Cesáreo Gabaráin, desde este año la organización responsable de licenciar la música del sacerdote anunció que destinaría los ingresos recibidos por sus derechos para apoyar a las víctimas de pederastia.