/ domingo 7 de octubre de 2018

Interpol y la despiadada lucha del poder en China

El gobierno de Pekín demostró que ha intensificado su batalla contra la corrupción, el fraude y el enriquecimiento ilícito

PARIS, Francia – Las sucesivas desapariciones de la famosísima actriz Fan Bing Bing y del presidente de Interpol, Meng Hongwei, parecen indicar una intensificación de la campaña lanzada por el gobierno chino contra la corrupción, el fraude y el enriquecimiento ilícito.

El mayor problema no reside en saber si esa ofensiva persigue solo un objetivo moralizador de la sociedad o marca una escalada en la estrategia de represión de la disidencia política. En Occidente, la mayoría de los sinólogos se inclina más por esta segunda hipótesis.

“Se trata de una batalla en dos frentes: hay 40% de lucha contra la corrupción y 60% de purga política”, estima Minxin Pei, profesor de ciencias políticas en el Claremont McKenna College, de California, y autor de China’s Crony Capitalism (“El capitalismo de los compinches”).

En los primeros cinco meses de este año, según estadísticas oficiales, la comisión de disciplina, máximo órgano antifraude del Partido Comunista Chino (PCCh), sancionó a 19.900 funcionarios por violar las reglas de austeridad en 14.012 casos. La campaña destinada a combatir “a las moscas y los tigres” —es decir a todos los niveles de la sociedad— fue lanzada por el actual presidente Xi Jinping inmediatamente después de su elección, en 2012. En seis años se tradujo en la sanción de 14 altos jerarcas del régimen y de 1,34 millones de funcionarios.

La ofensiva había comenzado, en realidad, mucho antes de la llegada de Xi al poder. La primera víctima fue Bo Xilai encarcelado en 2012 por diversos delitos financieros y criminales. Entre otros cargos, la justicia china lo acusó de complicidad en el asesinato del empresario británico, Neil Heywood, perpetrado por su esposa Gu Kailai.

Debido a ese episodio, Bo quedó eliminado de la despiadada lucha para suceder a Hu Jintao, una batalla política que finalmente ganó Xi Jinping. La lucha contra la corrupción sirvió como pantalla para ocultar una despiadada lucha por el poder entre facciones rivales del PCCh.

Tres años después, en 2015, cayó de su pedestal otro gigante político del establishment: Zhu Yongkang, que —hasta su detención en 2012— había sido el más alto responsable del aparato policial y de espionaje de la segunda potencia económica planetaria. Zhu, aliado de Bo Xilai, fue condenado por abuso de poder, espionaje y corrupción, pero el objetivo real del gobierno era desarmar el aparato policial y de espionaje que Zhu había transformado en “un Estado dentro del Estado”. Su derrumbe arrastró a todo un grupo de dirigentes, acusados de conspirar contra Xi Jinping, explicó Joseph Cheng, profesor de ciencias políticas en la City University de Hongkong.

Un año más tarde fue el turno de Ling Jihua, brazo derecho del ex presidente Hu Jintao. En un intento desesperado por salvar su cabeza, escribió un artículo en Qiushi (“Buscar la verdad”), la revista teórica del PCCh, en el cual citaba 16 veces a Xi Jinping. Pocos días después, el subjefe de redacción de ese periódico fue hallado colgando de una cuerda en el parking de su redacción. La revista Caixin afirmó que ese periodista sufría una profunda depresión provocada por las « luchas internas dentro del PCCh” y el creciente poder acumulado por el ala más conservadora del régimen.

El millonario inmobiliario Guo Wengui, de 51 años, instalado en Estados Unidos es uno de los principales enemigos que Pekín busca silenciar por sus frecuentes revelaciones explosivas sobre la corrupción de la cúpula del poder.

Otro indicio del régimen para mostrar su determinación fue la detención de la actriz Fan Bing Bing, de 37 años, que se había convertido en una estrella de Hollywood. Después de una desaparición de dos meses, la megastar reapareció el 3 de octubre y se excusó a través de Weibo —principal red social china— por haber cometido fraude fiscal, delito por el que fue condenada a pagar el equivalente de 70 millones de dólares. En ese caso, el mensaje fue más ambiguo porque, hasta ahora, se ignora si su encarcelamiento encierra también alguna razón política.

En el caso de Meng, numerosos funcionarios de Interpol están convencidos de que su misteriosa desaparición tiene una explicación política evidente. Es inimaginable que, en circunstancias normales, un Estado —por arbitrario que sea— asuma el riesgo de “retener” al principal responsable de una organización internacional. Su caso puede servir para poner en evidencia cuáles son los torbellinos que están conmoviendo los cimientos del poder chino.


La caída de gigantes políticos

En 2015 cayó de su pedestal otro gigante político del establishment : Zhu Yongkang, que (hasta su detención en 2012) fue el más alto responsable del aparato policial y de espionaje de la segunda potencia económica mundial.

Zhu, aliado de Bo Xilai, fue condenado por abuso de poder, espionaje y corrupción, pero el objetivo real del gobierno era desarmar el aparato policial y espionaje que se había transformado en un "Estado dentro del Estado".

Un año más tarde fue el turno de Ling Jihua, brazo derecho del expresidente Hu Jintao. En un intento desesperado por salvar su cabeza, escribió un artículo en Qiushi(“Buscar la verdad”), la revista teórica del PCCh, en el cual citaba 16 veces a Xi Jinping. Pocos días después, el subjefe de redacción del periódico fue hallado colgando en el estacionamiento de su redacción.

El millonario inmobiliario Guo Wengui, de 51 años, instalado en EU es uno de los principales enemigos que Pekín busca silenciar por sus frecuentes revelaciones explosivas sobre la corrupción de la cúpula del poder.

PARIS, Francia – Las sucesivas desapariciones de la famosísima actriz Fan Bing Bing y del presidente de Interpol, Meng Hongwei, parecen indicar una intensificación de la campaña lanzada por el gobierno chino contra la corrupción, el fraude y el enriquecimiento ilícito.

El mayor problema no reside en saber si esa ofensiva persigue solo un objetivo moralizador de la sociedad o marca una escalada en la estrategia de represión de la disidencia política. En Occidente, la mayoría de los sinólogos se inclina más por esta segunda hipótesis.

“Se trata de una batalla en dos frentes: hay 40% de lucha contra la corrupción y 60% de purga política”, estima Minxin Pei, profesor de ciencias políticas en el Claremont McKenna College, de California, y autor de China’s Crony Capitalism (“El capitalismo de los compinches”).

En los primeros cinco meses de este año, según estadísticas oficiales, la comisión de disciplina, máximo órgano antifraude del Partido Comunista Chino (PCCh), sancionó a 19.900 funcionarios por violar las reglas de austeridad en 14.012 casos. La campaña destinada a combatir “a las moscas y los tigres” —es decir a todos los niveles de la sociedad— fue lanzada por el actual presidente Xi Jinping inmediatamente después de su elección, en 2012. En seis años se tradujo en la sanción de 14 altos jerarcas del régimen y de 1,34 millones de funcionarios.

La ofensiva había comenzado, en realidad, mucho antes de la llegada de Xi al poder. La primera víctima fue Bo Xilai encarcelado en 2012 por diversos delitos financieros y criminales. Entre otros cargos, la justicia china lo acusó de complicidad en el asesinato del empresario británico, Neil Heywood, perpetrado por su esposa Gu Kailai.

Debido a ese episodio, Bo quedó eliminado de la despiadada lucha para suceder a Hu Jintao, una batalla política que finalmente ganó Xi Jinping. La lucha contra la corrupción sirvió como pantalla para ocultar una despiadada lucha por el poder entre facciones rivales del PCCh.

Tres años después, en 2015, cayó de su pedestal otro gigante político del establishment: Zhu Yongkang, que —hasta su detención en 2012— había sido el más alto responsable del aparato policial y de espionaje de la segunda potencia económica planetaria. Zhu, aliado de Bo Xilai, fue condenado por abuso de poder, espionaje y corrupción, pero el objetivo real del gobierno era desarmar el aparato policial y de espionaje que Zhu había transformado en “un Estado dentro del Estado”. Su derrumbe arrastró a todo un grupo de dirigentes, acusados de conspirar contra Xi Jinping, explicó Joseph Cheng, profesor de ciencias políticas en la City University de Hongkong.

Un año más tarde fue el turno de Ling Jihua, brazo derecho del ex presidente Hu Jintao. En un intento desesperado por salvar su cabeza, escribió un artículo en Qiushi (“Buscar la verdad”), la revista teórica del PCCh, en el cual citaba 16 veces a Xi Jinping. Pocos días después, el subjefe de redacción de ese periódico fue hallado colgando de una cuerda en el parking de su redacción. La revista Caixin afirmó que ese periodista sufría una profunda depresión provocada por las « luchas internas dentro del PCCh” y el creciente poder acumulado por el ala más conservadora del régimen.

El millonario inmobiliario Guo Wengui, de 51 años, instalado en Estados Unidos es uno de los principales enemigos que Pekín busca silenciar por sus frecuentes revelaciones explosivas sobre la corrupción de la cúpula del poder.

Otro indicio del régimen para mostrar su determinación fue la detención de la actriz Fan Bing Bing, de 37 años, que se había convertido en una estrella de Hollywood. Después de una desaparición de dos meses, la megastar reapareció el 3 de octubre y se excusó a través de Weibo —principal red social china— por haber cometido fraude fiscal, delito por el que fue condenada a pagar el equivalente de 70 millones de dólares. En ese caso, el mensaje fue más ambiguo porque, hasta ahora, se ignora si su encarcelamiento encierra también alguna razón política.

En el caso de Meng, numerosos funcionarios de Interpol están convencidos de que su misteriosa desaparición tiene una explicación política evidente. Es inimaginable que, en circunstancias normales, un Estado —por arbitrario que sea— asuma el riesgo de “retener” al principal responsable de una organización internacional. Su caso puede servir para poner en evidencia cuáles son los torbellinos que están conmoviendo los cimientos del poder chino.


La caída de gigantes políticos

En 2015 cayó de su pedestal otro gigante político del establishment : Zhu Yongkang, que (hasta su detención en 2012) fue el más alto responsable del aparato policial y de espionaje de la segunda potencia económica mundial.

Zhu, aliado de Bo Xilai, fue condenado por abuso de poder, espionaje y corrupción, pero el objetivo real del gobierno era desarmar el aparato policial y espionaje que se había transformado en un "Estado dentro del Estado".

Un año más tarde fue el turno de Ling Jihua, brazo derecho del expresidente Hu Jintao. En un intento desesperado por salvar su cabeza, escribió un artículo en Qiushi(“Buscar la verdad”), la revista teórica del PCCh, en el cual citaba 16 veces a Xi Jinping. Pocos días después, el subjefe de redacción del periódico fue hallado colgando en el estacionamiento de su redacción.

El millonario inmobiliario Guo Wengui, de 51 años, instalado en EU es uno de los principales enemigos que Pekín busca silenciar por sus frecuentes revelaciones explosivas sobre la corrupción de la cúpula del poder.

Doble Vía

María Elena lidera la revolución de la IA en Recursos Humanos

Para el proyecto se sigue un tipo de modelo matemático que lleva por nombre “redes neuronales” y se combinó con otro tipo de modelo de nombre “medidas difusas”

Local

Jóvenes infractores prestan su servicio comunitario en asilo Juan Pablo II

Un total de 35 adolescentes infractores prestaron su servicio comunitario en el Asilo Juan Pablo II, realizando limpieza en áreas verdes y conviviendo con los adultos mayores

Deportes

Defensor de Cimarrones es seleccionado para ir a jugar a Sudamérica

El hermosillense Ángel Adrián Amezcua Contreras fue seleccionado por el combinado de la Liga Premier para viajar a sudamérica para unos partidos de preparación

Gossip

Agenda completa de actividades del 28 de noviembre al 1 de diciembre

La capital sonorense albergará este fin de semana dos de los conciertos masivos más esperados de esta temporada de fin de año así cómo una serie de espectáculos navideño

Local

Sonora aprueba reforma para desaparecer organismos autónomos

La reforma aprobada busca optimizar los recursos públicos mediante la eliminación de la duplicidad de funciones y estructuras administrativas innecesarias

Local

Sindicatos de Educación Media Superior llega a un nuevo acuerdo salarial

Sostuvieron una reunión con el titular de la Secretaría de Educación Pública, Mario Delgado, con quien se lograron acuerdos y suspendieron manifestación planeada