BERLÍN, Alemania. El sector automovilístico alemán fue fuertemente criticado al verse envuelto en una nueva crisis por haber experimentado con monos y seres humanos buscando demostrar que las emisiones de los motores diésel no son tan dañinas para la salud como habitualmente se cree.
La Asociación Europea de Estudios sobre la Salud y el Medio Ambiente en el Transporte (EUGT), un instituto financiado por Volkswagen, BMW y Daimler (fabricante de Mercedes-Benz), sometió a grupos de humanos y macacos a las emisiones de motores diésel, revelaron distintos medios alemanes.
El portavoz del gobierno, Steffen Seibert, aseguró que "esos experimentos no tienen ninguna justificación ética ni científica" y consideró que su realización "obliga a formular preguntas críticas a todos los responsables".
El primer escándalo, revelado por el diario The New York Times, indica que en 2014 en Estados Unidos se hicieron pruebas con monos que estaban encerrados en frente a dibujos animados mientras se les hacía respirar el humo emitido por la última versión del escarabajo (Beetle), modelo emblemático de Volkswagen.
Un directivo de VW, actualmente detenido en Estados Unidos por el escándalo de manipulación de las emisiones, habría llevado personalmente un auto al laboratorio para las pruebas, el Lovelace Biomedical de Alburqueque (EU) con el presunto propósito de determinar los efectos que tiene el dióxido de nitrógeno (NO2) sobre el sistema respiratorio y sobre la circulación sanguínea.
Pero el caso adquirió una nueva dimensión ayer cuando el diario alemán Süddeutsche Zeitung afirmó que estos tests sobre los efectos de la inhalación de dióxidos de nitrógeno (NOx) también fueron efectuados con 25 humanos sanos.
Daimler y BMW aseguraron sus coches no habían sido utilizados en los mismos.
Tras el "dieselgate", los constructores alemanes decidieron poner fin a la actividad del UEGT, actualmente en liquidación, según precisa Süddeutsche Zeitung.