Más de tres años después de que pistolerosde Boko Haram se las llevaran por la fuerza de su residenciaestudiantil del noreste de Nigeria, 82 de las más de 200adolescentes secuestradas volvieron a abrazar a sus padres yfamiliares en una emotiva ceremonia en Abuya.
Transmitido por varios canales de televisión, el acto llega dossemanas después de la liberación de este grupo de chicas a cambiode la puesta en libertad de cinco terroristas de la miliciaislamista.Vestidas con coloridas indumentarias africanas y pañuelos en lacabeza de los mismos tonos, las chicas abrazaron a sus familiares,que las recibieron con lágrimas en los ojos y expresión dejúbilo.
La danza y el baile acompañaron también al esperadoreencuentro, mientras algunos de los padres preguntaban a sus hijaspor su salud con ademán preocupado.
Las jóvenes se reunieron también con las más de veinte de suscompañeras liberadas en octubre del año pasado gracias a laintercesión del Comité Internacional de la Cruz Roja y elGobierno suizo.
Algunas de las familias se arrodillaban y rezaban en señal deagradecimiento. Otras fotografiaban con sus móviles las ampliassonrisas de alegría.
La euforia y el alivio se mezclaban con la angustia aúnpresente en los rostros de muchas madres, mientras sus maridos lascontemplaban de cerca enfundados en sus túnicas blancastradicionales e intentaban mantener la compostura.
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“Hablar de lágrimas de gozo se queda corto para describir lovivido por madres y padres”, declaró en un comunicado ObyEzekwesili, líder del movimiento “Bring Back Our Girls”(Devolvednos a nuestras chicas), creado por los padres y por gruposde la sociedad civil para pedir la puesta en libertad de lassecuestradas.Es la primera vez desde el fin de su cautiverio el pasado 6 demayo que las más de ochenta pueden ver a sus familiares.
Las jóvenes habían estado hasta ahora a cargo de lasautoridades, que las sometieron a numerosas pruebas psicológicas ymédicas para mitigar los efectos de meses de sufrimiento.
Las estudiantes que lograron huir de sus captores a los pocosdías del secuestro alertaron de que las rehenes más jóvenessufrían hasta 15 violaciones al día y que los secuestradores lasestaban obligando a convertirse al islam.
Las adolescentes contaron asimismo que los terroristas lasamenazaban con degollarlas si se negaban a seguir susinstrucciones. Algunas de ellas, que eran todavía vírgenes,fueron vendidas por 2.000 nairas (menos de 10 euros) o entregadascomo esposas a líderes de la secta.
El secuestro de las menores en abril de 2014 provocóindignación en todo el mundo. Figuras públicas como la entoncesprimera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, o la premio NobelMalala Yusufzai se sumaron a las campañas por su liberación.
De las 276 estudiantes secuestradas de la residencia de laescuela pública secundaria de Chibok 58 escaparon poco despuésdel rapto.
Los terroristas liberaron a otras 21 el pasado mes de agosto,después de negociaciones auspiciadas por el Comité Internacionalde la Cruz Roja y por el Gobierno suizo.
Más negociaciones y la puesta en libertad de cinco miembrosde Boko Haram como moneda de cambio permitieron a principios deeste mes el retorno a casa de más de ochenta secuestradas.
El Gobierno nigeriano ha prometido que continuará susconversaciones con la banda para lograr la liberación de las másde cien chicas que se estima que siguen en manos de losyihadistas.
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