BRUSELAS. El descontento aumentó por el retraso en las entregas de las dosis de AstraZeneca y del laboratorio estadounidense Pfizer en Europa y Estados Unidos, mientras el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, pidió “transparencia” a las farmacéuticas.
La Unión Europea (UE) intentaba presionar a las empresas para que entreguen las dosis de vacunas contra el coronavirus que se habían comprometido a proporcionar durante el primer trimestre del año, tras los anuncios de retrasos por parte de Pfizer y AstraZeneca.
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El presidente del Consejo Europeo insistió en que desde Bruselas han tenido que “pelear y dar un golpe sobre la mesa” para pedir claridad sobre las razones por las que se han anunciado retrasos y han pedido también a las empresas que hablen con transparencia de las razones por las que a veces han podido tener dificultades en la cadena de producción.
Cuando Pfizer anunció retrasos de varias semanas, se vio que reaccionamos con firmeza y finalmente los retrasos anunciados de varias semanas se redujeron” afirmó Michel.
No obstante, se mostró comprensivo con las dificultades industriales y los “obstáculos” que pueden afrontar los laboratorios, como los problemas “de suministro de materias primas”.
Tras los retrasos anunciados por Pfizer en las entregas, un anuncio similar de AstraZeneca el viernes generó inquietud y enfado en Europa, que libra una carrera contrarreloj ante la aparición de nuevas variantes más peligrosas del coronavirus.
La Unión Europea ha firmado seis contratos con empresas farmacéuticas para una suma total de 2 mil 500 millones de dosis potenciales.
En tanto, Italia emprenderá acciones legales contra Astrazeneca, como ya ha hecho con Pfizer y BioNtech.
El ministro de Sanidad italiano, Roberto Speranza, se reunió con los directivos de Astrazeneca en el país y le confirmaron la reducción de los envíos por problemas de producción del compuesto.
“Es inaceptable, nuestro plan de vacunación fue elaborado en base a compromisos libremente firmados por las farmacéuticas y la Comisión Europea, dijo.
En Estados Unidos, la administración del presidente Joe Biden está preocupada por el suministro de la vacuna para alcanzar la meta de 100 millones de dosis administradas en los primeros 100 días.
El jefe de gabinete de la Casa Blanca, Ron Klain, denunció la ausencia de un plan de distribución de dosis por parte del pasado gobierno de Donald Trump.
“El proceso para distribuir la vacuna, particularmente fuera de los asilos de ancianos y hospitales, en la comunidad en su conjunto, prácticamente no existía cuando llegamos a la Casa Blanca”, advirtió el funcionario en una entrevista con la cadena NBC News.
El diario The New York Times reveló que centros sanitarios a lo largo del país han cancelado miles de citas para suministrar la vacuna ante la escasez de dosis.
La situación es especialmente grave en Texas, con 20 mil nuevos casos al día, lo que genera preocupaciones sobre si los funcionarios de salud podrán frenar la propagación cuando no puedan conseguir las vacunas que necesitan desesperadamente para hacerlo, apuntó el rotativo.
En tanto, el epidemiólogo jefe de EU, Anthony Fauci, señaló que tras los datos difundidos por el gobierno del Reino Unido se debe asumir que la variante británica puede “causar más daño, incluida la muerte”, pero confió en que la vacuna sigue siendo eficaz incluso contra la variante sudafricana.
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