Por tratarse de un ejemplar de la raza Golden Retriever, Gustavo permaneció siete años en servicio en la División de Canina de la Policía Estatal, en la búsqueda de narcóticos y en operativos de proximidad ciudadana en Sonora.
El agente K-9 ingresó a la corporación a mediados de 2012 para su entrenamiento básico para detectar drogas como heroína, cocaína, metanfetamina y mariguana en sus primeros cuatro meses.
Sin embargo, el potencial del binomio se desenvolvió con el paso del tiempo, al participar en las acciones operativas de la PESP en colonias de Hermosillo y otros municipios del Estado.
“La característica primordial de él era la detección de sustancias, era de olfato meramente, por lo regular eran puntos de control preventivo, puntos de inspección vehicular, ahí es donde se desempeñaba más”, así le recuerda Juan Carlos Torres.
El encargado de la División Canina, mencionó que Gustavo logró jubilarse a una edad mayor a la de sus compañeros, pues actualmente tiene 10 años de edad.
Sin embargo, en los siete años que formó parte de la Policía Estatal de Seguridad Pública logró aportar en la detección de cantidades considerables de estupefacientes y colaborar en las acciones proximidad ciudadana.
Pues se trata de un ejemplar de raza con características sociales y de fácil adaptación al público, lo que cautivó a familias, niños y jóvenes al momento de acercarse con la ciudadanía.
“Con las características de que es un ejemplar muy sociable de fácil adaptación al público, entonces nos facilitaba las jornadas de prevención del delito, entonces sí era muy solicitado para ese tipo de eventos”, recordó Juan Carlos.
A pesar de ello, las habilidades para rastrear drogas continúan en las destrezas de este agente K-9, pues antes de concluir la ceremonia de jubilación demostró que aún tenía la capacidad para localizar sustancias.
No obstante, las condiciones climáticas de Sonora y las exigencias de la corporación no son las apropiadas para Gustavo, en la edad actual por lo que fue adoptado por su compañero Jesús Pablo Burrola León, de 33 años de edad, quien aceptó cuidarlo y brindarle la atención necesaria.
El oficial al enterarse de que su tiempo en servicio había terminado, aceptó al can como un nuevo integrante en su familia para garantizarle una vida cómoda ahora como un compañero y amigo.
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Es así como terminó la carrera de este Golden Retriever que dedicó siete años de su vida a la Policía Estatal de Seguridad Pública para combatir el narcomenudeo.