La crisis económica y el desempleo que trajo consigo la pandemia del Covid-19, derivó en un crecimiento de vendedores informales, en diferentes tianguis de la ciudad de Hermosillo, pues semanalmente llegan alrededor de 520 vendedores ocasionales.
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Luis Roberto Rodríguez Terán, líder del Frente Común de Tianguistas, dio a conocer que el cierre de los tianguis se dio el pasado 17 de marzo de 2020 hasta el mes de julio, sin embargo, las ventas se mantuvieron bajas, en comparación al periodo previo a la emergencia sanitaria.
Al ser el mes de noviembre la antesala a las ventas decembrinas, la economía tenía una mayor fluidez, cuando comenzaron a identificar el aumento de vendedores ocasionales o “golondrinos”, como suelen ser llamados dentro del gremio.
“En ese momento nos damos a la tarea de consultar datos a través de la página de Inegi y empezamos a darnos cuenta que estaban reportando una pérdida de 63 mil empleos en Sonora por el tema de la pandemia, que ahorita se ha recuperado un 50%, a partir del mes de noviembre vimos un crecimiento de vendedores golondrinos, en el rango de 250 a 350 cada fin de semana”, afirmó.
Cabe señalar que la mayor presencia de vendedores de ocasión se concentró en tianguis de Los Olivos, Cerro Colorado, La Cholla, Las Minitas y San Pedro, los cuales, debido a su tamaño, suelen ser los más representativos o que resultan ser una mejor opción para estos comerciantes.
“Tuvimos un tope máximo entre el mes de noviembre a febrero de este año, en el rango de 850 vendedores golondrinos; ahorita ha disminuido en alrededor del 40%, es decir, todavía traemos alrededor de 520 distribuidos en los diferentes tianguis, por semana, como presencia de nuevos vendedores”, apuntó.
Al menos 300 de estos 520 vendedores se han estado manteniendo constantes cada semana, es decir, están dejando de ser golondrinos, para ser considerados como vendedores frecuentes.
Para estas personas, representa su actividad laboral para llevar recursos a sus familias y no solo es su segunda opción, pues al menos el 50% de los 520 vendedores golondrinos, tienen un trabajo fijo, el cual es mal pagado, por lo que se ven en la necesidad de complementarse con el empleo informal.
La mayoría de los vendedores ocasionales, se dedican a la venta de ropa de segunda mano, así como la ropa nueva que viene del Sur del país, como Guadalajara, Ciudad de México y Nuevo León.
“La informalidad es una última opción para los compañeros que no tienen un trabajo estable, donde tienen garantías y derechos laborales, definitivamente es una de las preocupaciones para nosotros como organización, el buscar que en Sonora sea reconocido el derecho al trabajo como un derecho humano”, comentó.
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Rodríguez Terán señaló que, no existe ningún rechazo hacia los vendedores ocasionales, sin embargo, al momento de que lleguen, deberán ponerse en contacto con las mesas directivas, para que se les asigne un espacio para vender sus productos.