Madres Buscadoras de Sonora dan con restos óseos en Hermosillo

La jornada de búsqueda se desarrolló entre el sábado y el domingo, donde obtuvieron resultados positivos

Gustavo Moreno / El Sol de Hermosillo

  · lunes 12 de agosto de 2024

Los restos óseos de una persona fueron localizados en un predio baldío localizado por la Calle 20 Sur, en la Costa de Hermosillo, debido a un llamado anónimo realizado al colectivo Madres Buscadoras de Sonora.

El hallazgo se registró alrededor del mediodía del pasado domingo 11 de agosto, en las inmediaciones del terreno enmontado, donde las buscadoras contaron con apoyo de la Comisión Estatal de Búsqueda, la Agencia Ministerial de Investigación Criminal (AMIC), Policía Estatal, Guardia Nacional y Servicios Periciales.

Asimismo, el pasado sábado 10 de agosto, en la calle 36 Norte, a la altura del kilómetro 11 la Carretera Estatal 100, en las inmediaciones de una planta termoeléctrica, el colectivo reportó el hallazgo de los cuerpos de dos hombres en estado descomposición y con signos de violencia.

Mientras tanto, en la ciudad de Nogales se llevó a cabo una jornada especial de búsqueda en el área conocida como “La Comaya”, donde participó el colectivo Buscadora de la Frontera Nogales, así como grupos de Cajeme, Caborca, Hermosillo, Guaymas, Empalme y Magdalena.

Foto: Cortesía | Madres Buscadoras de Sonora

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La jornada se desarrolló entre el sábado y el domingo, donde obtuvieron resultados positivos, pues dentro de una fosa se localizaron diferentes restos humanos, posiblemente víctimas de una desaparición forzada y un homicidio.

Dentro de una fosa clandestina, las rastreadoras localizaron el cuerpo de un hombre cuya edad oscilaba entre los 25 y 30 años de edad, con tez clara, cabello corto; además, el sujeto vestía camisola a cuadros de colores rojo y azul, con bóxer de color gris.

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Mientras tanto, como señas particulares, el cuerpo llevaba un tatuaje en el pecho, además de que a simple vista parecía que el sujeto tenía labio leporino.

Además, se recuperaron restos humanos que fueron incinerados dentro de un pozo, el cual presuntamente era utilizado como un horno o una hoguera, parea “cremar” los cuerpos de manera clandestina.

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