En México, los delitos de alto impacto van en incremento, incluso hacia los oficiales de seguridad, por lo que durante los últimos años, se ejecuta a un policía cada día.
Desde diciembre de 2018, a nivel nacional, la asociación civil Causa en Común ha contabilizado la privación de la vida de mil 555 elementos de seguridad, de los cuales en Sonora suman 78 casos.
Mientras que en lo que va de 2022, las entidades con más muertes de policías durante el cumplimiento de su deber son Zacatecas con 21 casos, Guanajuato con 17, Veracruz con 13, Michoacán con 12 y Sonora con nueve.
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En lo que respecta al estado, la corporación con más bajas es la Policía Municipal, donde se han registrado cuatro elementos caídos en Guaymas, dos en Caborca y dos en San Luis Río Colorado, mientras que la Agencia Ministerial de Investigación Criminal (AMIC) notificó uno en Cajeme.
La impunidad y la sociedad
Al respecto, la directora del Observatorio Sonora por la Seguridad, Krimilda Bernal Hoyos, declaró que se trata de un problema tanto al interior como del exterior de las corporaciones, ya que no hay suficientes garantías de protección y presupuestos para los elementos.
Señaló que la ciudadanía en Sonora y México ya no se impresiona o muestra interés, ya que se encargan de castigar socialmente a los agentes cuando ocurren estas desgracias, a pesar de que en otras naciones la gente sí se consterna.
“Cuando se asesina a un policía creo que al menos en el contexto de Sonora y México ya no impacta tanto a la sociedad o ni siquiera les importa porque siempre se van a: por algo lo mataron o era un policía corrupto y de más, creo que ya hemos perdido la capacidad de asombro en nuestra sociedad”, expresó.
En el caso de investigaciones indicó que es importante que las autoridades realicen las investigaciones y que continúen con firmeza de manera exhaustiva para dar con los responsables de asesinar policías en el Estado, como un símbolo de que la impunidad no va a prevalecer.
“Desde las Naciones Unidas se señala que las personas responsables de crear las condiciones de seguridad civil, seguridad ciudadana y construcción de paz son policías municipales civiles, la paz se construye desde lo local y sin policías no va a ser posible porque ellos tienen una gran responsabilidad”, aseguró.
También mencionó que el Inegi reveló en su última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) que la población de Sonora siempre está en conflicto entre vecinos, impactando de este modo que existan mejores elementos, ante la falta de empatía y sensibilidad de lo que viven los oficiales de distintas corporaciones.
Recomendación a autoridades
Por su parte, el secretario técnico y vocero de los Comités Ciudadanos de Seguridad Pública de Sonora y Hermosillo, Marco Antonio Paz Pellat, recomendó tres puntos que las autoridades deben cumplir.
La primera de ellas es cero impunidad para que los delincuentes sepan que si alguien se mete con un policía va haber consecuencias severas, mientras que la segunda sugerencia es aclarar inmediatamente los casos y castigar con estricto apego a la ley al responsable.
Y el tercer punto es implementar programas extendidos para los policías más allá de su horario de servicio para que en sus descansos, tengan algún modo de mandar una alerta oportuna a la institución para obtener protección inmediata.
Además de señalar que las prestaciones, seguro de vida y seguro de fallecimiento se encuentren vigentes para las familias de los oficiales caídos, ya que se trata de personas que entregan su vida por la seguridad de la sociedad.
“Nos preocupa mucho la insensibilidad de la sociedad a este tipo de asesinatos, están matando a quienes nos protegen a quienes nos cuidan y no estamos respondiendo ni para protegerlos, ni para honrarlos porque en algunos casos sus familias batallan para hacer valer las prestaciones como seguros de vida y otros compromisos”, lamentó Paz Pellat.
El vocero de los Comités Ciudadanos de Seguridad Pública de Sonora y Hermosillo resaltó que este tipo de acciones demuestran la debilidad para proteger a los agentes y el mal mensaje que se envía a quienes entregan su tiempo y vida por cuidar a la sociedad.
“¿Es correcto como sociedad y gobierno lo que estamos haciendo con ellos?, me parece que por mucho la mayoría de los policías son gente dedicada, honrada y con vocación de servicio; con unos pocos se tiene mala imagen pero estamos siendo totalmente injustos en no apoyarlos y reconocer a personas que están dando su vida por cuidarnos a nosotros”, finalizó.
Los hechos
De este modo, el primer hecho violento cometido contra elementos de Seguridad Pública ocurrió el 16 de enero en Guaymas, Sonora, donde hombres armados asesinaron a Amalio Villalobos Saiz y su hermano Luis Alberto, quien era custodio del Cereso de Guaymas.
Cuatro días más tarde, fue acribillado a balazos en el fraccionamiento Niza Residencial de Guaymas, Sonora, Melchor Higuera Esquer; mientras que el 2 de febrero murieron en un ataque armado dos agentes más de la Policía Municipal, Julio Vidaurrázaga y Efrén Ruiz.
Al norte de Sonora
Por otra parte en Caborca, el 7 de febrero otro elemento de las autoridades municipales fue privado de la vida con arma blanca, al momento que Alexis Omar Durán Favela defendía a su hijo de un individuo.
Posteriormente, el 11 de febrero se registró un nuevo ataque armado por sicarios contra Francisco Javier Celaya Ibarra, jefe de Tránsito de Caborca, Sonora, cuando se encontraba dentro de su casa dormido con su esposa y ambos fueron acribillados a balazos.
Y en San Luis Río Colorado, Sonora, dos agentes de la Policía Municipal fueron ultimados a balazos por integrantes del crimen organizado de manera brutal, el pasado 19 de abril, cuando los agentes Víctor y Gilberto se encontraban a bordo de una patrulla.
Cajeme
El último asesinato contra elementos de las corporaciones del Estado, ocurrió en Ciudad Obregón el 26 de abril, donde cuatro presuntos sicarios atacaron a Pedro Said Rodríguez Valenzuela, elementos de la Agencia Ministerial de Investigación Criminal.
Es de señalarse que en años anteriores, el número de policías asesinados en Sonora fueron superiores como en 2018, cuando se registraron 11 oficiales privados de la vida, en 2019 la cifra aumentó a 23 y en 2020 fueron 21; mientras que en 2021 fueron 14, apreciándose una disminución del 33.33%.
Sin embargo, aún quedan siete meses en 2022 y los hechos delictivos como ataques armados que se generan en este clima de inseguridad y violencia no terminan en Sonora.