Por Érika Gallego/La Voz de la Frontera
Mexicali.- La prisión para una mujer, de la edad que sea y porel delito que haya cometido, implica un castigo extra además delque le fue impuesto por la justicia y se trata del abandono quesufren de parte de sus familias, parejas e hijos para quienesprácticamente se vuelven invisibles.
Cada viernes y sábado a las 8:00 horas el Centro deReinserción Social de Mexicali (Cereso), ubicado sobre la calleSur en la popular colonia Bellavista, abre sus puertas para recibira decenas de familiares de internos que acuden puntualmente a lavisita semanal.
La cárcel en Mexicali está dividida en dos áreas, unadestinada a albergar a la población masculina y otra exclusivapara las 188 mujeres que cumplen una condena para pagar por undelito.
Aunque los visitantes ingresan por el mismo acceso y cumplenexactamente con los mismos requisitos para acreditar su ingreso, lamayoría de ellos acuden a ver a un interno varón, siendo lasmujeres las que menos visitas reciben tanto familiares comoconyugales.
Para David Grijalva Limón, subsecretario del SistemaPenitenciario en el Estado, se trata de una realidad que viven lasmujeres mexicanas y del resto del mundo, misma que obedece a laestigmatización que hay sobre ellas por haber cometido undelito.
El estigma social aísla a las mujeres en prisión,quienes dejan de cumplir su rol social como esposas, madres e hijasy por la comisión del delito son vistas por su familia y lasociedad como culpables del encierro y merecedoras delaislamiento.
Por municipio
Actualmente en el Cereso de Mexicali pugnan una condena 188mujeres, el 75% de ellas por haber cometido un delito del fuerocomún, principalmente homicidio, robo, delitos contra la salud ysecuestro, en ese orden.
El resto de ellas, es decir el 25%, están condenadas a prisiónpor haber cometido una falta del orden federal.
De acuerdo a los registros del Sistema Penitenciario, el 59.5%de ellas no son visitadas ni por familiares ni parejassentimentales, a pesar de tenerlas.
La situación en el resto de los penales femeniles del Estado esla misma, en Tijuana solo el 54.55% de las 264 reclusas recibenvisitas, mientras en Ensenada es el 25.6% de las 59 presas las quecada semana se reúnen con sus seres queridos.
Es una cuestión meramente cultural, se puede decirque hasta el machismo influye ahí, la mujer es doblementecastigada porque aparte de cometer el delito también paga la partedel olvido del familiar, desgraciadamente así es y lo tenemos muymarcado.
El abandono de las mujeres en prisión se percibe también en lavisita conyugal, un derecho del que por ley gozan las personas quepermanecen tras las rejas.
En Mexicali solamente el 3.72% de las internas tienen visitaíntima de parte de sus parejas, si la cifra es baja, en la cárcelde Tijuana solo el 1.51% de ellas son frecuentadas por su cónyugeaunque en Ensenada es todavía más crítico, ya que no hay ni unasola que sea visitada en el área conyugal.
Si la incidencia de este fenómeno se aprecia a nivel estatal,indica que en promedio hasta el 60% de las mujeres condenadas aprisión están en abandono familiar y solo el 2.1% sonfrecuentadas por sus parejas en el área conyugal.
Las cifras contrastan con la realidad que viven los presosvarones, pues de acuerdo al Sistema Penitenciario más del 94% deellos son frecuentados por sus parejas, padres, hijos yhermanos.
Fomentan programas
Dada la importancia que tiene el acompañamiento de la familia yparejas en la reinserción social de las mujeres condenadas por undelito y ante el abandono que padecen, el Sistema Penitenciario seha dado a la tarea de impulsar programas encaminados a la identidadde género, valores y autocuidado.
Grijalva Limón indicó que además de esto se les da unacompañamiento psicológico que las prepara para llevar su procesoen condiciones emocionalmente estables así como para el momento enque culmine su condena.
“Procuramos siempre tener una atención directa con ellas paraque cuando salgan no tengan esa frustración, son tratamientospsicológicos”.
Dentro de la prisión en Baja California las mujeres tienenacceso a programas educativos para acreditar primaria, secundaria,preparatoria e incluso carreras profesionales.
El titular del Sistema Penitenciario destacó además convenioscon las cámaras empresariales que se han comprometido acapacitarlas y brindarles la oportunidad de emplearse una vez queestén fuera de prisión.
Si hay un estigma, es una cuestión meramente cultural yhasta el machismo va ahí, la mujer es doblemente castigada, paganla parte del olvido del familiar, hijos y cónyugeDavidGrijalva Limón / Subsecretario del Sistema Penitenciario en elEstado