ACAPULCO. Más de 200 cadáveres se están descomponiendo en el Servicio Médico Forense de Acapulco (Semefo) debido a que 10 cámaras frigoríficas llevan sin servir tres meses.
Los vecinos de los fraccionamientos aledaños denuncian el olor nauseabundo y cada vez más insoportable, mientras que la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda, instruyó a la Secretaría de Salud estatal a revisar el estado que guardan las unidades del Semefo, no solo del puerto de Acapulco, sino también de Chilpancingo e Iguala.
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Para tratar de aliviar el problema, 60 cadáveres ya fueron trasladados a la capital guerrerense a fin de darles sepultura, ante la falta de espacio en el panteón El Palmar de Acapulco, pero el resto de los cuerpos continúan apilados en bolsas de plástico.
Las cámaras frigoríficas del anfiteatro, que se localiza en las instalaciones de la Fiscalía Regional del Estado, en la colonia Progreso, tienen múltiples problemas: las puertas no cierran, tampoco enfrían y no han sido reparadas a pesar de que las autoridades sanitarias tienen conocimiento del problema.
La saturación de cuerpos y la falta de un tratamiento adecuado para su descomposición han generado el desprendimiento de olores fétidos que se perciben a más de 300 y hasta 400 metros de distancia.
Habitantes del fraccionamiento Real Acapulco, así como de las calles Sinaloa y Guerrero, denuncian que el hedor que se expande en el ambiente es insoportable, más cuando es la hora de consumir sus alimentos o dormir.
Jorge, quien vive en el fraccionamiento Real Acapulco, describe que un olor a “perro muerto” le llega a todas horas.
“El Semefo está aquí a 200 o a 300 metros… La verdad sí que es complicado porque de repente está uno comiendo y llega el tufo y a veces dan ganas de vomitar; está uno sentado en su sala viendo la televisión y se percibe el olor a muerto”, lamenta.
Mariana, otra vecina, detalló que por las mañanas y noches se perciben más fuerte los olores. “Huele muy feo aquí por nuestras casas, y el olor es más fuerte en las mañanas y por las noches, sobre todo cuando estamos comiendo o desayunando, es insoportable”.
Uno de los empleados del Semefo, quien pidió el anonimato, denunció que ahí se apilan cuerpos de las personas que fallecen por Covid-19 y de los que son víctimas de la violencia que protagonizan grupos antagónicos.
Añadió que otro problema es que carecen también de suficiente material que les permita conservar los cadáveres, por lo que no tienen otra alternativa que colocarlos en bolsas, lo que acelera su descomposición.
El Gobierno del Estado se comprometió a revisar la situación en la que están los Semefos de Acapulco, Iguala y Chilpancingo.
A través de un comunicado, dio a conocer que dará seguimiento y respuesta a las denuncias de los propios trabajadores, que aseguraron que desde hace meses las cámaras de refrigeración tienen problemas.
La Secretaría de Salud estatal se comprometió a atender de inmediato la reparación de las cámaras de refrigeración.
El miércoles pasado, la Fiscalía General del Estado y la Secretaría de Salud llevaron a cabo la inhumación de 34 cuerpos del Semefo de Acapulco que no fueron reclamados por sus familiares, y los trasladaron al Panteón Estatal Forense en Chilpancingo.
Los cuerpos se encuentran relacionados con distintas carpetas de investigación de los ministerios públicos de San Marcos, en el municipio de Coyuca de Benítez; y de la Central, Garita, Barrios Históricos, Coloso, Mozimba, Renacimiento y Zapata, en Acapulco.
Con información de Celso Castro
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